El cuerpo médico en México tiene razones de sobra para estar enojado y reclamar justicia en muchos sentidos, ya que durante la pandemia de Covid-19 no se les ha dado el equipo ni las herramientas necesarias para su trabajo, han sido denostados y llamados “mercenarios” desde Palacio Nacional, y han fallecido 385 doctoras y doctores salvando vidas hasta hoy
Y por si no fuera suficiente, ahora tendrán un pago inferior al de los 585 médicos cubanos que arribaron al país mediante un acuerdo entre el gobierno mexicano y de la isla caribeña, y que representa un gasto de más de 6.2 millones de dólares del erario público.
La respuesta no se hizo esperar, y el pasado domingo, colegios, asociaciones, federaciones y diversas agrupaciones de médicos especialistas del país, se manifestaron enérgicamente ante lo que consideran una falta grave en contra de los profesionales de la salud en México.
Quienes señalaron que el convenio suscrito por el INSABI, la Secretaría de Administración y Finanzas y de Salud de la Ciudad de México, permite que los médicos y enfermeras de Cuba, los cuales en su mayoría son médicos generales sin especialidad, fueran ubicados en áreas hospitalarias o de apoyo en consulta vulnerando la normatividad, pues para ejercer en nuestro país se requiere de documentos certificados que avalen la idoneidad de su práctica, y con los cuales no cuentan.
El desplegado decía: “en nuestro país existen médicos con capacidad avalada por universidades de la República Mexicana, formados con pleno conocimiento de las necesidades e idiosincrasia de nuestra población. De manera injusta se nos ha relegado, privilegiando a médicos extranjeros, desconociendo la capacidad de nuestras universidades. Es una injusticia privilegiar a extranjeros sobre médicos mexicanos”.
En entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, el doctor y presidente del Colegio de Medicina Crítica, Jorge Sánchez Medina, sostuvo que la molestia no es que se sumen más manos para solventar la emergencia, sino que sería mucho más económico y prudente contratar a médicos mexicanos o que se invierta en el sector salud, “nuestra propuesta es que los espacios sean cubiertos con médicos mexicanos y con prestaciones”.
Hay que destacar que está práctica ha significado para el gobierno cubano un negocio rentable; y que el silencio de los titulares del INSABI y de la Secretaría de Salud hablan por sí solos y evidencian el malestar del personal de salud de todo el país, los materiales inservibles entregados, la falta de medicamentos para los niños y mujeres con cáncer, así como la ausencia de las reglas de operación del reciente Instituto.
Alto ya a las agresiones físicas, verbales y económicas al personal de salud, que junto con sus familias necesitan certeza; alto a los adjetivos que los humillan y calumnian; alto a despreciar sus conocimientos, esfuerzos y compromiso “importando” médicos, cuando aquí los tenemos de sobra en talento, disposición y responsabilidad; alto a las muertes evitables por falta de equipo, y alto a más división y odio.