Meta-vampirismo independiente

Noche, silencio sepulcral y la luna negra se vuelve ausente al ojo humano, pero es testigo de una sospechosa visita al mausoleo Nº22 del panteón de Stahnsdorf en las cercanías de Berlín, Alemania.

Al llegar el sol el 14 de julio, se descubrió la fechoría en el cementerio y las autoridades dieron la noticia: la cripta de la familia Murnau había sido abierta y en específico se extrajo el cráneo de Friedrich Wilhelm, director de “Nosferatu” (1922). 

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Noche, silencio sepulcral y la luna negra se vuelve ausente al ojo humano, pero es testigo de una sospechosa visita al mausoleo Nº22 del panteón de Stahnsdorf en las cercanías de Berlín, Alemania.

Al llegar el sol el 14 de julio, se descubrió la fechoría en el cementerio y las autoridades dieron la noticia: la cripta de la familia Murnau había sido abierta y en específico se extrajo el cráneo de Friedrich Wilhelm, director de “Nosferatu” (1922). 

Con la reciente profanación a la tumba del cineasta –en la que se encontraron restos de cera, posiblemente de velas, lo que podría tener indicio de un ritual macabro según argumentaron las autoridades– más una breve oleada de películas de vampiros del cine independiente marcan que el género está más vivo que muerto.

Y es que en el 2013 Jim Jarmusch –director de “Flores rotas” (2005)– estrenó el filme “Solo los amantes sobreviven” que tuvo una breve corrida comercial este 2015 en México.

La cinta protagonizada por Tilda Swinton y Tom Hiddleston narra la historia de dos vampiros milenarios: Eve y Adam respectivamente, que abre a la especulación de que puedan ser los míticos Eva y Adán del Génesis.

Más allá del tema vampírico en la película se explora la metáfora del duelo, la nostalgia, melancolía y el amor como síndrome de abstinencia, mientras los personajes recorren la noche en las calles de Detroit y Marruecos.

El 19 de enero del 2014 en el Festival de Sundance se estrenó “what we do in the shadows” una comedia realizada a manera de falso documental en la que cuatro vampiros comparten una casa en Nueva Zelanda.

Curiosamente cada uno de ellos tiene el estereotipo de las historias vampíricas más conocidas por la cultura pop. Semejanzas entre Nosferatu, Lestat, el Conde Drácula y un desaliñado Edward Cullen, son solo parodias en esta película que ofrece una visión moderna de cómo sería una sociedad de vampiros en el mundo actual, todo sazonado con un toque de comicidad y humor negro.

Apenas con un millón 600 mil dólares hicieron el filme que llegó a México con el poco agraciado título “Entrevista con unos vampiros”.

Vice, la revista quebequense fundada en 1994, ahora también empuja proyectos cinematográficos, ya que en el 2014 distribuyó “Una chica regresa sola a casa de noche” cinta catalogada como un western iraní de vampiros.

Esta ópera prima de Ana Lily Amirpour producida en parte por el actor Elijah Wood, explora la soledad, el abandono, el deseo y una deconstrucción del amor, teniendo por personaje principal a una chica vampira que deambula por las calles, a veces persiguiendo nuevas víctimas que podrían ser su cena, en otras ocasiones siendo redentora del abuso y también encontrando la compañía del afecto inesperado.

La película realizada en blanco y negro toma de pretexto el universo vampiresco para narrar entre silencios una historia ante el hastío actual de un mundo en decadencia.

Probablemente nos asalte la duda de dónde quedará la cabeza sin descanso del director alemán, más su legado cinematográfico sigue dando fruto sin dejar “morir” a las criaturas de la noche.

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