La cosa está que arde en el PAN. Y es que el presidente de la República está furioso por la rebeldía que mostraron en Jurica los presidentes de los comités estatales y los legisladores electos.
Por eso Felipe Calderón convocó ayer a los líderes estatales y nacionales a una reunión en Los Pinos.
Dicen que las cosas estuvieron más tensas que nunca. Y más por las declaraciones que hizo el diputado josefinista Carlos Pérez Cuevas, quien señaló que el gobierno fue uno de los culpables de la derrota de Josefina Vázquez Mota.
“El gobierno tiene una responsabilidad, sin duda, en alguna parte, pero también le corresponderá al gobierno (…), es decir, a los panistas que están en el gobierno, hacer su análisis en su momento”, dijo el diputado mexiquense.
La álgida confrontación continuará mañana en la sede nacional del PAN. El pronóstico es reservado.
¿Regresa el viejo PRI?
Faltan cuatro meses para que los tricolores regresen a Los Pinos, pero todo indica que a un mes de las elecciones, hay indicios suficientes de que ya regresó el viejo PRI.
En la comida que Enrique Peña Nieto tuvo ayer con las bancadas tricolores, no solo fueron evidentes los falsos abrazos y las alabanzas huecas, sino también los controles rígidos.
Resulta que a los legisladores priistas que no pertenecen a las cúpulas les confiscaron sus celulares antes de entrar al encuentro.
Obviamente, la medida irritó e indignó a más de uno.
“Ni que Enrique Peña Nieto fuera a cantar como lo hizo Calderón, como tampoco ninguno de nosotros teníamos la intención de grabar a Peña Nieto como lo hicieron los del PAN con Calderón”, comentó uno de los agraviados.
No cabe duda de que cuando la perra es brava, hasta a los de la casa muerde.
Forma y fondo
Lo que no dejó de llamar la atención fueron las muestras de afecto que Peña Nieto les prodigó a los compadres Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa durante la comida.
Y es que nadie –y menos los aludidos– se tragó eso de “mis queridos amigos”.
Más de uno susurró: “Si ellos son sus amigos, ¿cómo serán sus enemigos?”.
Es obvio que el candidato electo tenía que guardar las formas. Tampoco se trataba de desairar a los pastores del rebaño legislativo justo cuando los tricolores están tratando de limar asperezas para hacer más tersa la llegada a Los Pinos.
Lo que algunos dicen es que Peña Nieto debió aplicar un trato amable que pareciera más sincero.
Cuando sí es no
Muchos analistas están empezando a desempolvar sus viejos diccionarios de frases gastadas y palabras huecas para poder interpretar los “nuevos” discursos de los priistas.
Quienes están familiarizados con esos diccionarios ya saben que cuando se dice “sí”, realmente significa “no”.
Con base en esta hermenéutica habría que interpretar lo que dijo el senador Manlio Fabio Beltrones cuando pronunció su discurso frente a Enrique Peña Nieto.
“Lo dijimos hoy en la mañana, en el momento en que resolvimos cómo coordinarnos para ser mejores: no hay más que un solo proyecto de país, que esta bancada del PRI en la Cámara de Diputados lo representará, será el proyecto de país del próximo presidente de la República”.
¿Será sí o será no?