Aunque la responsabilidad del expresidente Felipe Calderón en la perversión de la justicia es evidente, no faltan los que quisieran que la responsabilidad de fabricar pruebas falsas solo fuera de los fiscales que obedecieron las consignas de sus jefes.
Sería tanto como chuparse el dedo suponer que Felipe Calderón no estuvo al tanto de los verdaderos motivos por los que fueron encarcelados injustamente funcionarios del calibre de Noé Ramírez Mandujano, Javier Herrera Valles, y del general Tomás Ángeles, entre otros.
A los tres había que “quitarlos de en medio” para poder seguir engañando a México en una supuesta lucha contra la delincuencia organizada.
No deja de ser lastimoso que en México, los expresidentes y los altos funcionarios públicos que abusaron del poder tengan un certificado de impunidad, en tanto que en la mayoría de los países de latinoamericanos ya han sido procesados varios exmandatarios.
Tan solo por mencionar algunos ahí están los casos de Alberto Fujimori de Perú, Jorge Videla de Argentina, Augusto Pinochet de Chile, Carlos Andrés Pérez de Venezuela, y Alfonso Portillo de Guatemala.
Es hora de que rindan cuentas Genaro García Luna, Marisela Morales y Felipe Calderón.
Cordero continúa amachado
El presidente de la Cámara de Senadores Ernesto Cordero continúa amachado en confrontarse con la Cámara de Diputados con lo de la ley para regular las deudas de los estados.
Da vergüenza ajena escuchar los argumentos vertidos por el actuario Cordero cuando sale a defender la competencia del Senado como cámara de origen de las normas, sean reformas o nuevas leyes, que tengan que ver con los empréstitos.
No estaría mal que el panista le pidiera asesoría a su homólogo en la Cámara de Diputados de cómo fundar debidamente sus resoluciones. Por ejemplo, las minutas.
Y es que Francisco Arroyo Vieyra además de que es licenciado en derecho, tiene una experiencia de más de 21 años como legislador, en tanto que el actuario Cordero ni siquiera ha cumplido el año como senador plurinominal.