Aquí lo importante es que la Selección Mexicana de Futbol tiene un gran compromiso, el gran compromiso es calificar al Mundial de Rusia.
Pero el profesor Osorio tiene un trébol de cuatro hojas que yo creo que se quedó olvidado en el casillero de Bora Milutinovic y que seguramente se lo hecha a la bolsa y que es más importante que su libretita chocante o sus plumas de colores que lo hacen ver como diferente.
La realidad es que el profesor Osorio tiene el privilegio de dirigir a la mejor Selección Mexicana en el mejor momento en muchos años.
Por algunas circunstancias, y esto es lógico, ocurre en todas las selecciones del mundo; de pronto tienes jugadores muy buenos que pasan por mal momento, nos ha ocurrido muchas veces; de pronto no puedes contar con todos tus jugadores porque alguno se te lesionó, nos ha ocurrido muchas veces; de pronto el equipo cae en un marasmo que no acaba de entenderse, o hay conflictos o problemas en el vestidor, como muchas veces nos ocurrió, hoy todos esos factores están de lado.
Hoy el profesor Juan Carlos Osorio tiene ese privilegio, por lo tanto su obligación y su responsabilidad es hacer bien las cosas.
Cada chango en su mecate y perdóneme la expresión, pero hay que olvidarse de sus experimentos, olvidarse de todas esas superarchirrequeterrecontra cuestiones científicas.
Cuando yo jugaba futbol hace muchísimo tiempo, en la escuela y después en la Liga Interclubes, había un entrenador que decía muy fácilmente las cosas, cuando tratabas de bordar el trutru, tratabas de hacer cambios, de irte a otra posición, te decía: “shshshshsh, hazla fácil compañero”.
Profe Osorio, si los jugadores están haciéndola muy bien en Europa y aquí en México en sus respectivas posiciones, no inventemos el agua calientita o el hilo negro… hágala fácil, compañero.