Pérdidas consecuenciales

Durante años el equipo de Saber Gastar ha propuesto cantidad de proyectos para mejorar las condiciones financieras de las personas. Es el caso concreto de “sólo diez pesos”, tomado por la autoridad para hacer comerciales con cancioncita y toda la cosa, y de la “AFORE para niños” que algunas empresas del sector ya adoptaron desde […]

Durante años el equipo de Saber Gastar ha propuesto cantidad de proyectos para mejorar las condiciones financieras de las personas. Es el caso concreto de “sólo diez pesos”, tomado por la autoridad para hacer comerciales con cancioncita y toda la cosa, y de la “AFORE para niños” que algunas empresas del sector ya adoptaron desde hace años. Ambas ideas salieron del programa de Radio desde 2010; la verdad es que al hacerlas públicas buscábamos que se llevaran a cabo simplemente en pro de la gente y no el reconocimiento ni mucho menos alguna remuneración.

Hoy queremos aportar otra idea que tiene relación con la famosa crisis sanitaria que ha llevado también a una problemática económica muy aguda, llegando a todos los niveles incluyendo obviamente a las personas desempleadas o que han perdido su negocio, y a las grandes marcas otrora tan poderosas que parecía imposible pensar en su desaparición.

¿Qué pasaría si todos lo entes económicos tuvieran la obligación por ley de conformar una reserva para contingencias? No se requiere ser matemático nuclear ni financiero sideral para saber que cuando se tienen buenas cosechas y se provisiona una buena parte de los frutos, se pueden soportar sin problema las épocas de vacas famélicas.

Durante años hemos trabajado en la Educación Financiera particularmente la dirigida a las personas, pero en este momento queda de manera manifiesta que también esos grandes consorcios están faltos de los principios básicos y elementales de finanzas. Lo que han hecho durante toda su existencia es engullirse las utilidades generadas con la misma vehemencia que un naufrago se tomaría un sorbo de agua.

Actualmente existe la cobertura de pérdidas consecuenciales en algunos seguros muy particulares diseñados para los negocios y sobre la base de ciertos daños materiales como podrían ser los ocasionados por un incendio. También nos encontramos de forma limitada con productos que cubren el desempleo. Lo que no se tiene es un seguro para cuando esas pérdidas sean “consecuencia” de eventos como una pandemia o como muchos otros sucesos derivados de la naturaleza o de la propia acción humana.

No es tan difícil. En realidad, el trabajo sería establecer a partir de hoy esa obligatoriedad de generar la reserva “contingente” que debe ser administrada por las empresas que se pintan solas para eso: las Aseguradoras.

A este producto lo he bautizado como: “Seguro de Pérdidas Consecuenciales Generales”.

Que así sea.

Recuerda, “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.

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