Pérdidas y ganancias

Con la promulgación de las leyes secundarias de la Reforma Energética, hoy pasan a la historia dos viejos regímenes energéticos que estuvieron vigentes durante 76 y 54 años,  respectivamente. 

El primero, el del monopolio petrolero en manos del Estado,  que inauguró Lázaro Cárdenas del Río el 18 de marzo de 1938.

Y el segundo, el que inició Adolfo López de Mateos el 29 de diciembre de 1960 al promulgar la reforma constitucional que prohibía a los particulares la generación, conducción, transformación y distribución de la energía eléctrica. 

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Con la promulgación de las leyes secundarias de la Reforma Energética, hoy pasan a la historia dos viejos regímenes energéticos que estuvieron vigentes durante 76 y 54 años,  respectivamente. 

El primero, el del monopolio petrolero en manos del Estado,  que inauguró Lázaro Cárdenas del Río el 18 de marzo de 1938.

Y el segundo, el que inició Adolfo López de Mateos el 29 de diciembre de 1960 al promulgar la reforma constitucional que prohibía a los particulares la generación, conducción, transformación y distribución de la energía eléctrica. 

Para unos, el cambio de régimen no servirá más que para beneficiar a las grandes compañías como Exxon, Chevron y Shell.

Para otros, las nuevas reformas que permiten a la inversión nacional y extranjera entrar a la explotación de los recursos energéticos, servirán para que haya más empleos y un mayor crecimiento económico en México. 

¿Cuál de los dos presupuestos es más probable que ocurra?

Probablemente los dos.

Si hay mayor inversión, en consecuencia habrá un mayor número de empleos. Crecerá la producción energética, y consecuentemente, habrá un mayor crecimiento. 

Sin embargo, también es cierto que las grandes compañías como la Exxon, Chevron y Shell, no son instituciones de beneficencia. 

Si invierten en la explotación de los recursos energéticos de México, es porque ambicionan mayores ganancias. 

En consecuencia, lo que realmente está por verse, es si lo que ganará México en empleos y crecimiento económico en el sector energético, será mayor que lo que se pierde por compartir las ganancias del monopolio energético con las grandes compañías extranjeras. 

La batalla que viene

Una vez concluidas las llamadas reformas estructurales, los legisladores calderonistas están empezando a calentar motores para convertirse en interlocutores entre las grandes empresas inconformes con la reforma fiscal, y el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Para abrir boca, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, José González Morfín, anunció ayer su intención de promover ajustes a la política hacendaria y fiscal del Gobierno Federal. 

Y es que, según el calderonista, es preocupante que aún y cuando exista una situación económica estable, una moneda ”relativamente segura” y una inflación “sin sobresaltos”, los pronósticos del crecimiento de la economía sean a la baja.

Según el anuncio, el paquete económico del 2015 deberá contener “nuevas vías” más acordes a las circunstancias internacionales y nuevos ajustes al sistema fiscal vigente.

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