La depresión inunda a Wilson Joel, quien parece un autómata ante sus ocupaciones diarias, ya que su vida cambió por completo cuando de manera inexplicable su esposa Liza decidió quitarse la vida.
“Love Liza” es la cinta que Philip Seymour Hoffman protagonizó hace 15 años, justo cuando el actor estaba en un prominente ascenso a la cúspide actoral que logró tras ganar el Oscar a Mejor Actor por “Capote” (2006).
Este drama con tintes de comedia negra muestra una adicción poco peculiar en el adulto de clase media: la inhalación de gasolina, a la que Joel se vuelve recurrente para mitigar su reciente duelo.
La cinta de corte independiente fue la ópera prima de Todd Louiso y el guión fue de Gordy Hoffman, hermano mayor de Philip, quien murió de una sobredosis el 2 de febrero de 2014.
La producción que fue realizada casi en su totalidad en Mobile, Alabama, tuvo su estreno en el Festival Internacional de Sundance en 2002, arrojando tanto críticas favorables como negativas. El largometraje apenas logró recaudar 210 mil dólares en su estreno.
La melancolía es el eje que sostiene este filme, dando pie a la reflexión de la soledad además de cuestionar si es que el suicidio es un acto de egoísmo en el ser humano.
Una manera capciosa en la que Joel busca disfrazar su gusto por inhalar gasolina es haciéndose aficionado a los aviones a escala de control remoto, todo con tal de distraer a sus seres queridos.
Además de la admirable actuación de Hoffman, Kathy Bates también se encuentra en el reparto de la película –como la suegra de Joel– y en la trama lo incita a que enfrente la última voluntad de su hija, leer una carta póstuma que él se niega a abrir.
La música a cargo de Jim O’Rourke añade un toque de lucidez al extraño viaje de inhalación de Joel, quien se encuentra claramente desconectado de la realidad.
Para quien pueda estar leyendo esto pensará que esta es una película sumamente triste que solo invita a seguir los pasos de Joel, pero no, es un drama que resulta fresco y para ser explorado por enfrentar un problema que nadie quiere lidiar en la vida real.
Y solamente para que se den una idea si es que se quiere seguir ignorando el asunto, la tasa de suicidios en México entre el 2000 y el 2014 se elevó de 3.5 a 5.2 por ciento por cada 100 mil habitantes, según datos del INEGI.
Una vez que Joel resuelve dejar su vicio abre la carta de su esposa difunta en la que las letras suicidas dictaminan un claro mensaje.
“Will probablemente hice un desastre y te mereces algo mejor pero ámame y sigue con tu vida y sopórtalo encuentra a otra y llévame en tu corazón, te llamo desde allí, te llamo desde allí, con amor, Liza”.
Tal vez en el fondo el amor no es suficiente.