Por una atención ginecoobstétrica sin discriminación
México ocupa el primer lugar en embarazo temprano entre los países de la OCDE, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. En nuestro país, ocurren 340 mil nacimientos al año en mujeres menores de 18 años. Por lo que el mayor riesgo de […]
Josefina Vázquez MotaMéxico ocupa el primer lugar en embarazo temprano entre los países de la OCDE, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. En nuestro país, ocurren 340 mil nacimientos al año en mujeres menores de 18 años.
Por lo que el mayor riesgo de mortalidad materna corresponde a las niñas y adolescentes menores de 15 años, debido a que en muchos casos no cuentan con atención médica de calidad y oportuna por el simple hecho de no ser mayores a los 18 años.
Es por ello que presenté en el Senado una iniciativa que modifique la Ley General de Salud y de los Institutos Nacionales de Salud, para que independientemente de su edad, las niñas y adolescentes embarazadas que presenten alguna patología o urgencia obstétrica reciban atención médica en el instituto de salud especializado que amerite el caso.
Si bien la Ley General de Salud vigente no define que la atención médica sólo se preste a mujeres mayores de edad embarazadas que presenten una urgencia obstétrica, es necesario establecer y especificar que este servicio también debe ser para niñas y adolescentes en esa condición.
Particularmente cuando en México el embarazo infantil es una realidad que crece con todos los desafíos que implica, por eso debe atenderse de manera integral y urgente.
Tan solo entre el 2007 y el 2012, se incrementó la cifra de embarazos en adolescentes en un 15 por ciento, respecto del periodo 2000 y 2006. De acuerdo con un estudio realizado por la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED), una de las principales consecuencias del embarazo en adolescentes es la muerte de la mujer, ya sea por complicaciones en el embarazo o por situaciones que se complican por el embarazo.
Si bien en los últimos años en México las defunciones maternas en general han mostrado una disminución paulatina, la carga que representan los fallecimientos en adolescentes han alcanzando un 13 por ciento hacia el 2013.
El ser madre adolescente propicia la discriminación en diversas esferas de la vida social, y son estas mujeres las que abandonan los estudios a causa de los malos tratos y burlas desde diversos ángulos de su vida cotidiana.
El embarazo en las niñas y adolescentes representa un riesgo en su salud, afecta su permanencia en la escuela, el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas de calidad y desarrollo humano.
El Consejo Nacional de Población (Conapo) informó que los embarazos de adolescentes en el país se incrementaron 20 por ciento en la población de 15 a 19 años durante la pandemia de COVID-19, lo que equivale a 145 mil 719.
Muchos de ellos debido a que la violencia de género representa un preocupante factor, pues tan solo los delitos más frecuentes cometidos en contra de las mujeres son: el abuso sexual con más del 40 por ciento y la violación con el 37 por ciento, siendo las principales víctimas de estos delitos las adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).