El acto de “transparencia” patrimonial que encabezó ayer Enrique Peña Nieto en el Palacio Nacional, seguramente pasará como el primer error importante del sexenio.
Y es que presentar declaraciones patrimoniales, sin consignar el valor de los activos y pasivos es como no declarar nada.
Obviamente la medida generó infinidad de críticas. Hubiera sido mejor abstenerse de presentar semejante show, que dar la impresión de estar dando atole con el dedo.
A Peña Nieto le habría ido mucho mejor si hubiera hecho el mismo tipo de faramalla que hicieron Vicente Fox y Felipe Calderón.
Sus antecesores sí dieron a conocer una declaración patrimonial con pesos y centavos, aunque los datos fueran falsos y solo fuera para “taparle el ojo al macho.”
¿O hay alguien que crea que la información que consignaron Fox y Calderón en sus respectivas declaraciones, es cierta?
Otra pésima señal
Otra muy mala señal fue la resolución del Tribunal Colegiado del Quinto Circuito con residencia en Guanajuato, al sostener que hay suficientes elementos para presumir la probable responsabilidad del general Tomás Ángeles Dauahare en la comisión de los ilícitos que le invento en el gobierno de Calderón, con falsos testigos protegidos.
Se suponía que con el cambio de gobierno también empezarían a cambiar las cosas que tienen que ver con la impartición de una “justicia justa”.
Los que conocen de cerca el caso del general, que no son pocos dentro y fuera del ejército, saben bien que Ángeles es una víctima.
¿Qué emisario del pasado seguirá teniendo tanto poder en el sexenio de Peña Nieto?
Otra vez con lo del IVA
Por lo que se ve, al exsecretario de Hacienda Ernesto Cordero no le quedó suficientemente claro que los diagnósticos de su antecesor, Agustín Carstens, casi siempre resultan ser equivocados.
Es cosa nada más de acordarse cómo los catarritos que diagnosticó el doctor Carstens en el año 2008, en realidad eran auténticas pulmonías.
Si bien es cierto que cualquiera se pude equivocar, también es cierto que cometer errores como los del gobernador de Banxico, desoyendo los consejos de varios premios nobeles de economía, fue un pecado de soberbia.
En Puebla volvió a insistir ante los senadores panistas, que para que México pueda crecer, se necesita gravar alimentos y medicinas con el IVA.
¿Por qué ningún senador panista le reclamó el engendro llamado IETU?
Bien dice el refrán que el ser humano es el único que se tropieza con la misma piedra dos veces.
Obdulio tampoco funcionó
Si los involucrados en el caso de la mafia casinera panista fueran tan buenos abogados como dicen que son, ya se habrían acogido hace rato al artículo 20 de la Constitución, que da derecho al acusado a permanecer callado.
Y es que cada vez que salen a defender lo indefendible en los medios, se vuelven a meter en problemas.
En una pregunta clave sobre el casino Royale, el exsubsecretario de Gobernación Obdulio Ávila, salió con que no se acordaba.
Seguirán más revelaciones.