Es constante el intento presidencial de desacreditar a las instituciones del país con ataques desde las conferencias mañaneras que lleva a cabo todos los días, con la finalidad de concentrar cada vez más y más poder
Es lamentable la forma en la que hoy en día se gobierna, y que se sustituya una buena estrategia de seguridad, una sana economía y servicios de salud eficientes por espectáculos, mentiras, manipulaciones y amenazas fabricadas desde el Ejecutivo federal.
Vivimos un país con una estrategia de seguridad fallida, en donde de acuerdo con el Coneval han incrementado 3.8 millones de mexicanos en situación de pobreza, siendo la población en pobreza extrema la que ha sufrido un mayor aumento. Y si hablamos de salud, hoy en día se han perdido más de 245 mil vidas por el mal manejo de la pandemia.
Las cifras son cero alentadoras y las prioridades son muchas. La ciudadanía está ávida de respuestas ante un panorama de incertidumbre. Se imaginan que, en medio de estas múltiples crisis, en lugar de darle atención a estos y muchos otros temas, como por ejemplo el desabasto de medicamentos, el titular del Ejecutivo federal se pusiera a recordar una canción. No es necesario imaginarlo porque lamentablemente esa es la realidad.
Hasta el momento, no existe una estrategia concreta para abatir la crisis económica o el desempleo, hoy los mexicanos que no tienen dinero para llevar a sus familias quisieran resultados o un plan de acción, sin embargo, el presidente prefiere ocupar su tiempo en recordar aquel éxito de Juan Gabriel, “Déjame vivir”, sin saber que irónicamente es él quien no deja vivir a los mexicanos que no tienen un tratamiento oncológico, que están desempleados o a quienes son víctimas de la inseguridad.
Esta administración echa mano de todo: de espectáculos, como el de la rifa del avión sin avión, las consultas en donde simulan tomar en cuenta la opinión del pueblo, y, ahora, con tal de desacreditar, hasta de un tweet falso.
El pasado 5 de agosto, el presidente López Obrador reprodujo una mentira, y se victimizó con un supuesto tweet del nuevo presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y con ello amenazó con cambiar el sistema electoral mexicano. Es increíble que, para desacreditar a las personas, se monten este tipo de shows desde Palacio Nacional.
Es claro que esta información fue utilizada para intentar minar la credibilidad del tribunal electoral e incidir en sus decisiones.
Desde el principio de su administración, López Obrador se ha querido apoderar de las instituciones, un claro ejemplo es la CNDH. Ha pedido que renuncien los magistrados electorales y, de paso, los consejeros del INE, con la clara intención de poner incondicionales en dichos órganos.
Como siempre, el titular del Ejecutivo federal aprovecha la ocasión para llevar agua a su molino y seguir adueñándose de los espacios que le son incómodos.
Sin duda, algo que no ha entendido el huésped de Palacio Nacional, es que existe una división de poderes y que, en el caso del tribunal electoral, han decidido por mayoría, cambiar a quien los encabeza.
López Obrador no entiende la división de poderes ni las necesidades de la gente, por eso sus prioridades están alejadas de la realidad. Urge que esto cambie.