La renuncia del gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, ha empezado a ser una exigencia de muchísimos ciudadanos.
Y es que es increíble que el gobernador del estado de Michoacán no supiera lo que presuntamente hacía su secretario general de gobierno, Jesús Reyna.
Más aún, cuando por años ha habido varias denuncias públicas que sostienen que Jesús Reyna se reunía con líderes templarios como La Tuta.
Si bien es cierto que el gobernador Vallejo debería responder por sus actos en forma personal, y el exsecretario Reyna por los suyos, tampoco se puede negar que el Gobernador del Estado, aun y cuando no supiera nada, tenía una corresponsabilidad con Reyna en el gobierno de Michoacán.
Hoy más que nunca cobra vigencia aquel viejo principio de la administración pública y privada que señala que aunque la autoridad se delega, la responsabilidad se comparte.
Si Fausto Vallejo no sabía que su secretario de Gobierno se entrevistaba con “La Tuta”, a pesar de las denuncias públicas, malo. Y si lo sabía, peor.
El show tiene que continuar
Ahora resulta que las cabezas visibles de los grupos paramilitares llamados autodefensas, nos quieren hacer creer que si el Gobierno Federal los desarma, Michoacán se infestaría rápidamente de Caballeros Templarios y de Zetas.
Para “probar” su dicho, el doctor José Manuel Mireles, vocero de los paramilitares, se refirió a una supuesta aparición de encapuchados en Nueva Italia, Michoacán.
Según Mireles, “parecía que eran gente de Los Zetas y los Templarios”.
Pero, ¿quién nos asegura que los encapuchados no eran comandos de las propias autodefensas?
Por lo pronto, lo único cierto parece ser que habrá desarme, pero no cuándo.
El comisionado Alfredo Castillo declaró que el desarme sí se hará, pero “poco a poco”.
Se muerde la lengua
No está mal que Gustavo Madero señale públicamente a Ernesto Cordero por haber contratado a un supuesto experto en campañas sucias como lo es Aleix San Martín. La mala fama de San Martín soporta las declaraciones de Madero.
Lo que sí está por verse, es la validez de la imputación que Gustavo Madero le hace a Ernesto Cordero acusándole de ser un incongruente por haber contratado a un personaje que prestó sus servicios a Marcelo Ebrard.
Y es que si a esas vamos, Gustavo Madero también es un incongruente con la ideología del PAN, al haber hecho alianzas, no solo con el PRD, sino hasta con el diablo, con tal de ganar una elección constitucional.