¿Quién paga la seguridad social?
Siempre hago la misma pregunta en los diferentes foros en que participo: ¿quién paga la seguridad social? Las respuestas no se hacen esperar y la mayoría afirman, curiosamente, que el gobierno; otros más informados dicen que el patrón; no faltan los que mencionan que los impuestos que todos pagamos (bueno… los que sí pagamos); finalmente, […]
Gianco AbundizSiempre hago la misma pregunta en los diferentes foros en que participo: ¿quién paga la seguridad social? Las respuestas no se hacen esperar y la mayoría afirman, curiosamente, que el gobierno; otros más informados dicen que el patrón; no faltan los que mencionan que los impuestos que todos pagamos (bueno… los que sí pagamos); finalmente, alguno que otro despistado de los participantes dice que también el trabajador pone de su bolsillo.
Todas las respuestas son equivocadas porque no pregunté ¿quién aporta a la seguridad social? Pues en ese caso lo correcto es decir que dicha aportación es tripartita, lo que significa que se hace entre el patrón, el trabajador y el gobierno.
Imagínate que estamos hacia finales del año 1942 (plena segunda guerra mundial), y el gobierno encabezado por el General Manuel Ávila Camacho, último presidente militar del México moderno te avisa que, a partir del siguiente año es decir 1943, todos los patrones tendrán que otorgarle beneficios a sus empleados similares a los que el Estado ya brindaba a los burócratas desde 1925.
Pensemos ahora que un señor equis tenía una pequeña fábrica de lápices los cuáles vendía en un peso ($1.00). La siguiente gran cuestión es si el mentado dueño de este negocio seguirá vendiendo su producto en el mismo precio después de saber que su nómina se incrementa como por arte de magia. ¿Tú qué harías? Lo más seguro, por no decir que, con certeza, subirías el costo de cada lápiz determinada cantidad para compensar el incremento de tus gastos; igual unos cuantos centavos, pero es un hecho que no absorberías el impacto del nuevo, llamémosle “impuesto” de seguridad social.
Con lo expuesto hasta este momento queda muy claro que todos estos beneficios los pagamos todas las personas con el simple hecho de consumir, pues si no existiera esta obligación para los patrones los productos serían menos costosos.
No estoy en contra de la seguridad social, para nada, creo que es un acto de justicia proteger a los trabajadores, pero donde si manifiesto mi total desacuerdo es contra los abusos que se han dado en el manejo de las multimillonarias cuotas que cobra el Instituto Mexicano del Seguro Social. Vamos, hasta equipos de futbol han comprado y construido estadios de beisbol. Y ni que decir de las pingües pensiones con que jubilan a sus trabajadores a edades muy tempranas, cuando los humildes mortales tenemos que esperarnos al menos a los 60 años. Ojalá el actual gobierno con la bandera que enarbola se dé cuenta de los problemas reales que tiene el I.M.S.S.
Recuerda, “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.