Vuelvo al Sur

Como acuña Fernando Ezequiel Solanas en su tango “Vuelvo al Sur”, “Quiero al Sur, su buena gente, su dignidad”, porque por más al norte que estemos geográficamente hablando, seguimos estando al sur de los Estados Unidos.

Llegó lo innegable, el discurso de odio ganó y Donald Trump llegará a la Casa Blanca tras los comicios celebrados el 8 de noviembre, y yo “Vuelvo al Sur, como se vuelve siempre al amor, vuelvo a vos, con mi deseo, con mi temor”.

Y si de volver se trata, en el recuerdo hay algo que se quedó olvidado en la rosa de los vientos, una película que su propio estudio decidió callar, por como es que se refleja una mancha que los gringos prefieren ignorar de su historia llena de sangre y dolor, el racismo hacia los negros.

“Canción del sur” de 1946 es una cinta realizada por Disney y prácticamente vetada de su catálogo audiovisual, que refleja la vida en una plantación del estado de Georgia y está basada en los cuentos del Tío Remus escritos por Joel Chandler Harris, específicamente en las historias del Hermano Rabito.

A pesar que esta producción fue un éxito comercial sin precedentes –obteniendo en taquilla 65 millones de dólares– Disney ha mantenido en la sombra la película por la controversia de cómo se refleja la historia del racismo en Estados Unidos, entonces ¿hay que ignorar la historia sólo porque duele la verdad?

Además la película fue reconocida con dos premios Oscar: Mejor Canción Original y el Premio Honorario para James Baskett por interpretar al Tío Remus, quien falleció a los pocos meses de recibir la presea.

Disney nunca ha sacado una versión completa de la película en DVD, y aunque en YouTube se encuentran videos sueltos de la cinta, no hay una versión oficial de este largometraje, aunque rascando se puede encontrar una versión pirata en los bajos mundos del internet.

Paradójicamente en Sundance “The Birth of a nation” se hizo acreedora al Premio de la Audiencia y al Gran Premio del Jurado, este filme se basa en parte de los hechos ocurridos en el condado de Southamton, Viriginia, en 1831, cuando el esclavo negro Nate Turner decidió tomar justicia por su propia mano ante las atrocidades cometidas por los amos de piel blanca.

¿Qué será de la censura a este tipo de producciones a futuro en los Estados Unidos ahora que Trump ocupe la Oficina Oval?

Por lo pronto, habrá que volver a las canciones del Sur, a esas que nos recuerdan nuestra naturaleza y condición de frontera debajo de la Unión Americana.

“Vuelvo al Sur, 
llevo el Sur,
te quiero Sur,
te quiero Sur…”.