El presidente Andrés Manuel López Obrador estará este viernes en la tierra del general Lázaro Cárdenas, allá en el municipio de Jiquilpan, Michoacán, que -dicen- tanto le gusta. Llega en pleno 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad. También acude a Sahuayo, en el mismo estado. En ambos municipios acudirá a la instalación de las sedes de la Guardia Nacional. El mandatario se asoma por la tierra del general Cárdenas en un momento crítico para el estado. Esta semana hubo días en que se presentaron hasta 10 muertos en un día por la delincuencia organizada. Siempre ha dicho que “el pueblo bueno” lo cuida, pero no está por demás tomar precauciones y así se determinó: El presidente no tendrá eventos públicos y tampoco se asomará por la convulsa capital del estado.
Marcan su distancia
El rompimiento entre el diputado Porfirio Muñoz Ledo y la 4T se hace cada vez más marcado, nos comentan. En el Palacio Legislativo de San Lázaro ya es muy evidente la confrontación entre el expresidente de la Mesa Directiva y el coordinador del grupo parlamentario de Morena Mario Delgado. Para muestra, nos dicen que el pasado miércoles, casualmente al octogenario legislador no le avisaron que la reunión de la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias programada para ese día había sido pospuesta para el siguiente martes y era el único que estaba esperando a que comenzara la reunión. Y Porfirio, muy a su estilo, lo tomó con filosofía y dijo que solo esperaba que no se tratara de una ‘intervención de la coordinación’ por las críticas a su jefe.
Ahora resulta
El exsecretario de Gobernación en el sexenio de Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, negó más de tres veces a Emilio Lozoya, exdirector de Pemex hoy preso en España. Dijo que no platicaba nunca nada con él sobre la operación de Pemex, pues no era su ramo, además agregó que él tenía que ver la gobernabilidad del país, así como la seguridad y que no se involucraba con temas financieros, económicos o petroleros.