A pesar que desde la cúpula panista apuntan a un golpeteo político como la razón detrás de las filtraciones del caso Lozoya, lo cierto es que al interior del blanquiazul ya comienzan a medir sus movimientos de cara al proceso electoral en puerta, y nos comentan que muchos proyectos personales podrían estar en riesgo. El más claro, nos hacen ver, es el de Ricardo Anaya, señalado por presuntamente haber recibido sobornos cuando era coordinador de la bancada de Acción Nacional en San Lázaro. El tema no es menor, pues el excandidato presidencial ya estaba preparando su regreso a la vida política en México y se perfilaba como una de las cartas fuertes para llegar a la Cámara de Diputados; ahora si el CEN panista tenía dudas con Anaya, estas se han multiplicado y sus posibilidades se reducen. Habrá que esperar la estrategia panista, si es de deslinde o de respaldo a los hasta ahora señalados, y los que faltan.
Silencio en Durango
Otro gobernador, cuyo nombre no ha salido aún a relucir en el caso del exdirector de Pemex, es José Rosas Aispuro de Durango, quien formaba parte del grupo parlamentario blanquiazul en el Senado cuando se aprobó la reforma energética. Hay que recordar que en esa ocasión, los únicos que votaron en contra fueron el hoy gobernador de Chihuahua, Javier Corral, y el actual diputado federal, Ernesto Ruffo. Rosas Aispuro ha sido de los que han preferido mejor ni opinar sobre la controversia, no vaya a ser que lo volteen a ver. ¿O a qué le apuesta el gobernador duranguense?
El elefante en la habitación
Por más civilidad y protocolo que quieran cumplir los integrantes del gabinete federal y los gobernadores el día de hoy durante la reunión programada, será difícil ignorar el video difundido el día lunes que involucra a dos excolaboradores del Senado y sobre todo los señalamientos de Emilio Lozoya en contra de exsenadores y actuales gobernadores. Si el encuentro ya se esperaba complicado por las diferencias entre estados y federación, la tensión estará al máximo tras los recientes acontecimientos.
