Al menos en el discurso, los coordinadores parlamentarios del PT y el PVEM en la Cámara de Diputados, Alberto Anaya y Carlos Puente, respectivamente, se alinearon ya para apoyar la iniciativa de Reforma Electoral que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador; esto pese a que, de concretarse las modificaciones, los dos partidos aliados de Morena serían de los principales afectados, sobre todo por la eliminación de diputaciones y la reducción al financiamiento de los partidos.
Lo cierto es que desde la cúpula de ambos institutos políticos había muchas dudas y no estaban de acuerdo con una reforma de este calado. Lo que no se puede descartar es que ambos hayan hecho un cálculo político, pues la oposición en bloque no va a votar a favor de esta iniciativa, y luce muy complicado que Morena pueda “voltear” a los legisladores que se requerirían para sacarla adelante. Así, comprometen su palabra en una Reforma Electoral que difícilmente pasará la aduana legislativa y no quedan mal con sus aliados.
Temen escalada en San Lázaro
Los ánimos no se calman en el recinto Legislativo de San Lázaro y si al interior sigue el encono entre los legisladores, al exterior la situación es igual o más preocupante.
Tan solo el día de ayer, un grupo de manifestantes, presuntamente llevados por el diputado morenista Emanuel Reyes, escalaron las agresiones verbales apuntando también a algunos empleados y a representantes de los medios de comunicación, quienes solo acudieron a realizar su trabajo.
Apostados en las entradas, sumaron insultos ya muy subidos de tono a las ya conocidas consigas de “traidores”. Una situación que de no frenarse puede acabar de mala manera, nos dicen.
Se queda en la congeladora
Otro periodo ordinario que finaliza en el Senado de la República y no se lograron los acuerdos para avanzar en la legalización y regularización de la cannabis.
Esto a pesar de que todavía hace un mes, tanto la presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, como el presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal, habían enviado señales que auguraban que podría lograrse un consenso. Ahora, a pesar de que se ha considerado la posibilidad de ir a extraordinario, la realidad es que no hay avance y no se ve factible.