Todavía hay mucha tela para cortar sobre el tema de la iniciativa de Reforma Pensionaria. Ya abordé hace una semana lo concerniente a la gran carga patronal y a que hayan bajado a 750 semanas el mínimo de cotizaciones.
Ahora me voy a centrar en otros puntos que también considero medulares y que están a tiempo de incluir en los cambios propuestos.
Hasta 2007, año en que cambió la ley del I.S.S.S.T.E, se requería en la burocracia que las mujeres tuvieran 28 años de servicio y los hombres 30 para poderse jubilar. Conociendo la esperanza de vida de la primera mitad del Siglo XX era entendible que siendo esta menor a 50 años, se diera el caso de gente cuarentona ya pensionada.
Pero en este momento muchas personas están alcanzando el “octavo piso” y es una barbaridad pensar que alguien reciba una renta vitalicia por más de veinte años. Con la iniciativa de bajar el mínimo de semanas a menos de quince años va a cobrar sin mover un dedo más tiempo del que laboró. No se requiere ser matemático para comprender que esa situación es, más que una locura, una afrenta al sentido común.
Debido justamente a que hoy por hoy vivimos muchos más años y que seguramente antes de que termine este Siglo se rebasarán los cien años al morir, es que me atrevo a proponer algo que no es para nada popular (por lo que obvio no lo van a aceptar) y es Aumentar la Edad Mínima para tener derecho a una jubilación, la cual debe quedar en al menos 62 años cumplidos y de pasadita 40 años de trabajo. Sé que las críticas serán acres, pero lo que estoy poniendo en la mesa no es producto de un punto de vista, el cual no deja de ser subjetivo, sino que nace de la frialdad de una realidad numérica.
Por último y no menos importante, ya que están en esto de una verdadera Reforma, hay que pedir de la manera más atenta la Universalidad de las Pensiones en México ya que existen, según mis cuentas, más de ochenta programas a lo largo y ancho del país, desde los más grandes como el I.M.S.S. y el I.S.S.S.T.E. hasta llegar a los de universidades autónomas, pasando por supuesto por los multimillonarios programas del Seguro Social y de la Comisión Federal de Electricidad.
Si en verdad quieren un cambio de raíz es imprescindible que se hagan estas adecuaciones; de lo contrario seguiremos cada equis tiempo y nuevo sexenio rebotando la problemática de las jubilaciones.
Habrá que esperar.
Recuerda, “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.