Riesgo cero

Innumerables han sido las ocasiones en que me piden la receta mágica para que una inversión sea “buena, bonita y barata”; es decir, que pague altísimos rendimientos (buena); que sea totalmente segura (bonita); y que no cobre comisiones, y si lo hace que sean muy bajas (barata). Particularmente la gente se preocupa por el tema […]

Innumerables han sido las ocasiones en que me piden la receta mágica para que una inversión sea “buena, bonita y barata”; es decir, que pague altísimos rendimientos (buena); que sea totalmente segura (bonita); y que no cobre comisiones, y si lo hace que sean muy bajas (barata).

Particularmente la gente se preocupa por el tema del riesgo, pues definitivamente ¿a quién le gusta perder? Sin embargo, hay que tomar en cuenta que por el simple hecho de estar vivos nos encontramos expuestos a una infinidad de contingencias.

El tema de las inversiones no es la excepción. El simple hecho de tener dinero en la cartera es riesgoso, más allá de que te lo puedan volar está la posibilidad de que te lo gastes, o mejor dicho, que lo malgastes.

Desde un producto de inversión gubernamental como CETES, pasando por una sencilla cuenta de ahorro bancaria y llegando al producto más sofisticado de bolsa, el riesgo está presente. En otras palabras: no existe el riesgo cero.

Aunque la gama de productos de inversión es sumamente amplia, para este artículo haré una sencilla división:

1. Instrumentos bancarios.

2. Instrumentos no bancarios.

En el caso de llevar nuestros centavos a un banco tenemos alternativas que van, desde una cuenta a la vista como son chequeras o tarjetas de débito, hasta los famosos pagarés, también conocidos como Plazo Fijo. Los primeros no generan ganancias y si lo hacen éstas son nimias. Seguirían las cuentas de ahorro que tampoco son opción para invertir (son de a-ho-rro) ya que pagan intereses muy bajitos. El producto que sí da mayores rendimientos es el pagaré, con la agravante de que debo dejar mi dinero un plazo determinado y lo que me paga irá en función del monto a invertir y del tiempo que esté dispuesto a “congelar” mi lana.

Los productos bancarios para inversión son los que tienen menor riesgo, además de que son los únicos que cuentan con un seguro de protección al ahorro por parte del IPAB de hasta 400 mil UDIS, en precio de junio de 2021 son poco más de dos millones setecientos mil pesos.

Por otro lado, los productos no bancarios más conocidos y al mismo tiempo más accesibles para la mayoría de nosotros son los Fondos de Inversión, también conocidos como Sociedades de Inversión. Estos instrumentos no tienen seguro del IPAB pero abren un abanico de posibilidades para diversificar y así optimizar nuestros recursos.

¿Y el rendimiento? Puede ser mucho más alto, del verbo “quién sabe si suceda”; es decir que no conocemos previamente si ganaremos o no, pues existen varios escenarios: a) ganar mucho; b) ganar regular; c) ganar mal; d) no ganar; y e) perder.

Antes de que decidas en qué invertir asesórate bien y diversifica en función de tus metas financieras y no olvides una regla universal: “Si quiero más rendimiento el riesgo aumenta proporcionalmente”.

Recuerda que “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.

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