Se fue el mejor

El primer trabajo que nos hizo voltear hacia Philip Seymour Hoffman fue “Boggie Nights” de 1997, dirigida por Paul Thomas Anderson. 

La cinta narra la historia de Eddie Adams, interpretado por Mark Wahlberg, joven con un pene de proporciones extraordinarias, que se convierte de la noche a la mañana en estrella de la industria pornográfica de California a finales de los 70.

Juan Carlos Altamirano Juan Carlos Altamirano Publicado el
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El primer trabajo que nos hizo voltear hacia Philip Seymour Hoffman fue “Boggie Nights” de 1997, dirigida por Paul Thomas Anderson. 

La cinta narra la historia de Eddie Adams, interpretado por Mark Wahlberg, joven con un pene de proporciones extraordinarias, que se convierte de la noche a la mañana en estrella de la industria pornográfica de California a finales de los 70.

Seymour Hoffman da vida a Scotty J., tímido gay que labora como operador de audio en el equipo de filmación de la estrella Eddie o “Dirk Diggler”, nombre artístico del sujeto con cualidades físicas que lo hacen atractivo para las mujeres y para el mismo Scotty –quien decide declarar su amor al astro porno en la fiesta de año nuevo de 1979 solo para ser rechazado, y así, convertir su devoción en obsesión–.

Un papel secundario, pero interesante para marcar el guión de la película y ser tomado por Philip que, desde sus primeras participaciones en la serie de TV “La ley y el orden”, hasta su último trabajo en “The hunger games”, eligió roles que exigían el cien por ciento de su talento histriónico, haciendo a un lado síndromes de estrella. 

El siguiente trabajo que nos atrapó fue en “Happiness” (1998), dirigida por Todd Solondz. En esta ocasión Philip nos regala a Allan, un obeso, deprimido y pervertido hombre, enamorado en secreto de su vecina. Por su arriesgada, cínica y maquiavélica interpretación, este papel es aún recordado como uno de los mejores de su carrera.

En 1999 vuelve a trabajar con Thomas Anderson en la cinta de historias aparentemente no entrelazadas: “Magnolia”. Seymour Hoffman interpreta a Phil Parma, un solitario enfermero que constantemente llama por teléfono a la tienda para pedir revistas pornográficas, con el pretexto de otros artículos.

Esta caracterización lo convirtió en un héroe silencioso, de carne y hueso. Todavía recordamos las palabras del incrédulo empleado del negocio al otro lado de la bocina: “¿Todavía quiere la crema de cacahuate, el pan y los cigarros?”.

El mismo año trabaja con Anthony Mingella en “The talented Mr. Ripley”, el snobismo y flema que imprime a su personaje resulta fundamental para la historia que comparte con Matt Damon, Jude Law, Gwyneth Paltrow y Cate Blanchett. 

En el 2000, Philip colaboró con Cameron Crowe en “Almost famous”, donde encarna al legendario crítico musical Lester Bangs. A pesar de la complejidad del personaje, pues Bangs fue conocido por supuestamente “desprestigiar” a los músicos, Hoffman dejó una buena impresión con su trabajo.

Un papel peculiar, aunque no necesariamente memorable, es el que realizó en “Along came Polly” (2004), realizada por John Hamburg en la que comparte créditos con Ben Stiller y Jennifer Aniston. Se trata de Sandy Lyle, un actor que vive frustrado por el éxito de su infancia y que tiene que conformarse con participar en obras de teatro comunitarias y ayudar a su amigo Reuben interpretado por Stiller a conquistar a Polly, caracterizada por Aniston.

En 2005 vino el papel que le valió un Oscar por “Capote”, dirigida por Bennet Miller. Nada más que decir de un trabajo brillante y perfecto, en el que da vida a uno de los autores norteamericanos más importantes de la literatura.

Personajes complejos y retorcidos, sin embargo, indispensables para intentar entender los claroscuros de la psique humana. Tuvo muchos más, aún así, nos quedamos con ganas del actor, que de acuerdo a nuestra óptica, era el mejor que tenía Estados Unidos hasta el domingo pasado.

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