Lejos de meter las manos para defender a Vicente Fox y a Felipe Calderón, o por los menos defender en algo a las administraciones panistas, el expresidente del PAN, Gustavo Madero, no solo se lavó las manos en el caso de Oceanografía, sino que además involucró implícitamente a sus correligionarios.
En un escueto comunicado el chihuahuense puntualizó que la información sobre el caso de Oceanografía la tendrán que dar los funcionarios que administraron Pemex durante los últimos dos sexenios, como si Oceanografía hubiera nacido el 1 de diciembre del año 2000, y se hubiera liquidado el 30 de noviembre del 2006.
Por otra parte, no deja de llamar la atención por qué Gustavo Madero se abstuvo de hacer algún comentario sobre los 40 funcionarios de Pemex que presuntamente recibieron un reloj con valor de 40 mil dólares.
En su escueto comunicado el aspirante a la presidencia del PAN tampoco dio una explicación sólida del por qué aceptó utilizar el avión de Oceanografía, cuando eran bien conocidos los cuestionamientos que se habían venido haciendo a ese importante proveedor de Pemex.
Y para colmo, el panista Gustavo Madero tampoco explicó por qué hasta ahora salió a tratar a dar explicaciones de aquel viaje, cuando desde el mes de noviembre del año pasado se publicó su fotografía en el jet de Oceanografía.
Nada en contra
Aunque para los que saben, y hasta para los que no, Martita Fox influyó para que Oceanografía fuera vista con buenos ojos en Pemex, lo cierto es que según el encargado del despacho de la Función Pública, Julián Olivas, “hasta el momento no hay nada” que relacione a la familia presidencial con Oceanografía.
Así que los que esperaban que la captura de “El Chapo” Guzmán y el lío de Oceanografía pudieran tener algún impacto –más que el mediático– en San Cristóbal, tendrán que seguir esperando.
Aburridos
Ni al caso venía hacerle tanto al cuento con la dilación de algo tan esperado como la incorporación del diputado Ricardo Anaya como compañero de fórmula en la campaña de Gustavo Madero.
Si los maderistas siguen siendo tan faltos de imaginación como lo han venido siendo, no es difícil que los calderonistas les den una sorpresa el día de la elección.
