En el Senado les cayó como bomba la información sobre el precio de los boletos de avión con los que viajan al extranjero para hacer turismo, perdón, labores legislativas en otros países.
Tanto así que Fernando Torres Graciano, senador del PAN por Guanajuato, decidió regresar al Senado un cheque por 155 mil 607 pesos por un boleto de avión en la ruta México – Madrid –México por un viaje que hizo en enero pasado. Y eso que no era el boleto más caro.
Reporte Indigo publicó la semana pasada que en el primer trimestre del año, la senadora Graciela Ortiz González, del PRI, viajó a la ciudad de Hanoi, Vietnam, en un vuelo que costó a la Cámara Alta 176 mil 910 pesos. En una entrevista radiofónica, Miguel Barbosa, presidente del Senado, dijo que la acción de Torres Graciano fue innecesaria, que bastaba con decir que no fue su responsabilidad haber adquirido el boleto a ese precio. A pesar de ese tipo de declaraciones, tal parece que hay quienes no quieren cargar con el costo político de viajar con boletos de avión de miles de pesos… quizá valdría la pena que mejor se revisara la forma en que se compran los viajes y no solo busquen salvarse de la crítica pública.
La espada de ‘Panocles’
Al exgobernador de Jalisco Emilio González le cayó la espada de Damocles. El poder fue su verdugo. Por apoyar la candidatura a la alcaldía de Guadalajara de Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano, lo expulsaron del Partido Acción Nacional. Quizás se creyó que seguía siendo ese gobernante dicharachero que entregó el estado al PRI.
Lo que sí está raro es que al menos en algunos municipios de San Luís Potosí el PAN va en alianza con Movimiento Ciudadano. Así que pues el acto de expulsión del polémico gobernante no se puede tomar como parte de los criterios del partido. Más bien los panistas de Jalisco le cobraron la factura a Emilio, que nunca demostró ser muy fiel a los principios del PAN.
El reclamo en el DF
A partir de mañana, la organización civil Ciudad Posible inicia una campaña en redes sociales para exigirle a los candidatos a puestos de elección popular de todos los partidos –en el Distrito Federal– que hagan propuestas concretas y dejen de lado el uso de la violencia y la guerra sucia en sus campañas.
Lo que harán a través es identificar los problemas que tienen las delegaciones para orillar a que los candidatos demuestren si tienen alguna opción para solucionar esa problemática. Los tópicos principales serán escasez de agua, fugas constantes por falta de mantenimiento y mínimo tratamiento de aguas negras. Además transporte público ineficiente con vehículos contaminantes y en pésimas condiciones de seguridad, abandono total del Plan Maestro del Metro, el vergonzoso desastre de la Línea 12, etcétera. A ver cómo reciben los candidatos semejante campañita.