Si alguna vez Felipe Calderón soñó que podría obligar a Enrique Peña Nieto a continuar con su estrategia de seguridad, seguramente ayer se dio cuenta que se equivocó.
Y es que a 17 días que el mexiquense rinda protesta como el nuevo presidente de México, ya confirmó públicamente que lo primero que hará será desaparecer la “joya de la corona” del gobierno de Felipe Calderón.
La Secretaría de Seguridad Pública Federal pasará a convertirse en una agencia dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Obviamente la decisión del presidente electo no le gustó a Calderón. Tampoco al intocable Genaro García Luna, por lo que de inmediato desde Los Pinos se implementó una estrategia de oposición.
Por parte del Poder Ejecutivo, el secretario de Gobernación Alejandro Poiré salió a aclarar que no tiene ningún comentario, y que todavía falta ver lo que diga el Congreso de la Unión.
Y en el Poder Legislativo se instruyó al diputado panista Guillermo Anaya para que saliera a criticar la medida que anunció ayer Peña Nieto.
El compadre de Calderón arguyó que adscribir la Secretaría de Seguridad a Gobernación es totalmente inconveniente ya que al próximo secretario de Gobernación le faltará tiempo.
Si a esas vamos, tal vez la falta de tiempo del presidente para controlar a García Luna se debe a que estemos como estamos.
No estaría nada mal que el compadre del casi expresidente se diera también algo de tiempo para encontrar un mejor argumento.
Probablemente por andar tan atareado el diputado panista ni siquiera se dio cuenta de las casi 100 mil muertes violentas que provocó la estrategia de este sexenio.
La enorme deuda de Calderón
Aunque se tardaron con la crítica… más vale tarde que nunca.
Para que Calderón se vaya acostumbrando a sentir que ya no es presidente, el vocero del PRI, senador David Penchyna, le sacó otro de los trapos sucios de su administración.
El priista dice que la deuda contratada en esta presidencia ya rebasa los 5.5 billones de pesos y está por arriba de los estándares que recomiendan los organismos internacionales.
Y sí. Aunque es cierto que los priistas están recibiendo un país mucho más endeudado que lo que estaba México hace 12 años, al vocero del PRI le faltó decir que la deuda pública se redujo en el sexenio de Fox en términos del PIB.
Y en consecuencia, la herencia del endeudamiento debe adjudicársele completita a Felipe Calderón.
Por cierto, nunca escuchamos que los diputados y senadores del PRI hubiesen puesto el grito en el cielo por los endeudamientos que año con año fue adquiriendo el gobierno federal.
¿Por qué a los chinos no?
Tienen razón aquellos que critican a Vicente Fox por su incongruencia ideológica al convertirse en un promotor de la República Popular China.
Y es que mientras el expresidente no pierde la oportunidad para criticar al gobierno de Hugo Chávez por la falta de libertades, su actitud es otra cuando se trata de la forma de gobierno del llamado gigante asíatico.
¿O somos, o no somos?
Ya solo faltan 17 días.
