Al paso que va, el expresidente nacional del PAN, Manuel Espino, podría terminar como fiscal especial para los casos de corrupción de panistas notables y distinguidos.
Durante la rueda prensa que ofreció ayer, Espino hizo gala de su capacidad para investigar y documentar los depósitos millonarios en algunas cuentas que Miguel Angel Yunes maneja en el extranjero.
Se trata de más de 6 millones de dólares que al tipo de cambio de 13 pesos por dólar equivaldrían a una cifra de aproximadamente 78 millones de pesos.
Una cantidad como esta debería ser suficiente para ingresar al mismo club del exgobernador Andrés Granier, de la maestra Elba Esther o del exsecretario de finanzas de Tabasco, José Manuel Saiz, detenido ayer.
Evidentemente, ni yendo a bailar a Chalma, Miguel Ángel Yunes podría haber ahorrado esa fortuna con un sueldo como funcionario público.
De lo que se desprende, como bien lo señala Espino siguiendo la impecable lógica del Sherlock Holmes, que el exdirector del Issste y amigo íntimo de Elba Esther Gordillo, bien podría haber echado el gato a retozar cuando fue servidor público.
¿Le bastarán estas sobradas evidencias al presidente del PAN Gustavo Madero para deslindarse de los Yunes, tal y como lo hizo el presidente del PRI, César Camacho, con Andrés Granier?
Las sospechas de Espino
Lo que todo mundo espera es que la Procuraduría General de la República actúe inmediatamente, por lo menos asegurando los fondos de Yunes.
Esto despejaría los cuestionamientos que Manuel Espino también hizo sobre los rumores de una supuesta protección que el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, le estaría dando a Miguel Ángel Yunes.
¿Tendrá qué ver este rumor con una supuesta relación de Yunes con el grupo Hidalgo, a través del hidalguense Omar Fayad?
Pacto para el Pacto
El coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, parece haber cocinando un pacto con los coordinadores de los otros partidos para convocar a un periodo extraordinario de sesiones.
Se trata de ir más de prisa con las reformas.