Siguen peleando por las Afores
“Y vuelve la burra al trigo” dice un refrán muy mexicano, aunque en el caso que nos ocupa hoy deberíamos decir “los burros” y es que de verdad no entiendo por qué no entienden cómo funciona el sistema de ahorro para el retiro (Afores). Están hablando de un retroceso terrible en el mundo de las […]
Gianco Abundiz“Y vuelve la burra al trigo” dice un refrán muy mexicano, aunque en el caso que nos ocupa hoy deberíamos decir “los burros” y es que de verdad no entiendo por qué no entienden cómo funciona el sistema de ahorro para el retiro (Afores).
Están hablando de un retroceso terrible en el mundo de las finanzas cuando ya corrió una quinta parte del siglo XXI y no estamos en la época postrevolucionaria y de consolidación nacional como hace 100 años.
Sus argumentos son tan débiles como grande su ignorancia. Hablan de un régimen de Reparto que fue el origen de la descapitalización del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de los demás programas análogos.
Pero ¿qué es este dichoso sistema? Me avocaré al IMSS por ser el más representativo de los institutos de seguridad social.
Al igual que sucede con los seguros privados existen diferentes coberturas teniendo cada una de ellas un costo determinado. Así llegamos a que en la legislación correspondiente se cubren cinco seguros mejor conocidos como ramos, que son: Riesgos de Trabajo; Invalidez y Vida; Retiro, Cesantía en edad avanzada y Vejez; Enfermedades y Maternidad; y finalmente Guarderías y Prestaciones Sociales.
Repito que cada uno de estos ramos se calcula financieramente para saber cuánto cobrar y así tener suficiencia económica y poder cumplir con las prestaciones ofrecidas. ¿Qué pasa si se revuelve la gimnasia con la magnesia? Pues muy sencillo, unos ramos estarán subsidiando a los otros. ¿Recuerdas cuando el Seguro Social tuvo incluso un equipo de futbol? Además, hicieron grandes centros vacacionales y un estadio de beisbol.
¿De dónde salió ese dinerito? Buena parte, si no es que todo, de lo que se tenía en el “cajón” de pensiones y jubilaciones. Por eso, cuando más gente fue llegando a la edad de retiro, debido en buena medida al aumento en la expectativa de vida, se dieron cuenta que ya no había recursos para pagar lo que en su origen era para la gente que fuera alcanzando los 60 años y no tuviera empleo (cesantía en edad avanzada) o los que cumplieran 65 y quisieran jubilarse (vejez).
En este sistema de reparto no existen las Cuentas Individuales en donde de forma transparente todos y cada uno de nosotros sabemos cuánto se acumula de aportaciones y rendimientos. El dinero es de todos (políticos y dirigentes) y de nadie, luego entonces nos jubilarán por decreto y sin fundamento financiero.
Repito lo que escribí en mayo pasado, esto es, que el dinero en manos del gobierno se hace polvo y que el fondo actual por grande que sea, se lo pueden acabar en este mismo sexenio y luego ¿quién podrá defendernos?
Recuerda, “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.