Aunque ambos habían acordado previamente que ninguno de los dos acudiría a la Asamblea Nacional de Acción Nacional, a la hora de la hora Gustavo Madero faltó a su palabra y acudió al evento para darle un madruguete a Ernesto Cordero.
Y es que nadie se traga el pretexto de que Gustavo Madero asistió a la Asamblea Nacional como un simple delegado, y no como el candidato oficial que aprovechó la celebración de la Asamblea para acaparar cámaras, porras y aplausos.
Tal para cual
Si fuera cierto, como dice Cecilia Romero, que los panistas no quieren a los corruptos en el Partido Acción Nacional, desde hace mucho tiempo que habrían sido expulsados Gustavo Madero y Ernesto Cordero.
Y es que si nos atenemos a lo que cada cual dice del otro, no habría necesidad alguna de demostrar cuál de los dos tiene la virtud de ser hombre honesto.
En múltiples ocasiones Ernesto Cordero ha acusado públicamente a Gustavo Madero de solapar la red de corrupción en la que presuntamente está implicado el diputado panista Luis Alberto Villarreal.
Por su parte, Gustavo Madero también ha acusado públicamente a Ernesto Cordero de ser el candidato “doble cara” que “por un lado ofrece unidad, pero por otro lado hace juego sucio contratando a un difamador”.
¿Cuál de los dos será peor?
Las cosas por su nombre
Ahora resulta que al presidente interino del PRD, Jesús Zambrano, no le gustó que el presidente del PRI, Cesar Camacho, haya entendido, como lo entendimos todos, que a la nueva modalidad del Pacto por México que propone el PRD, se dé a conocer como la del “Pacto por Evento”.
A lo mejor Jesús Zambrano ya no recuerda que dijo que aunque el “Pacto por México” esté muerto, mantiene “la firme convicción de seguir construyendo acuerdos” según sea el caso.
El que nada debe…
El que nada debe, nada teme, dice el refrán.
Sin embargo, en el caso de Oceanografía da la impresión que los panistas tiene miedo de que algunos de sus correligionarios salgan raspados.
Y es que como lo señaló el presidente del PRI, César Camacho, la sola actitud de condicionar los acuerdos parlamentarios a lo que el gobierno resuelva en el caso de Oceanografía, demuestra que se está admitiendo tácitamente alguna responsabilidad al respecto.