“Winter is coming” (El invierno está por llegar) era la frase recurrente desde el inicio de la primera temporada de “Game of Thrones” (GOT). Y tuvieron que pasar más de 60 episodios para que en efecto el invierno llegara al mundo creado por George R.R. Martin en su saga literaria “Canción de hielo y fuego”.
Llegó la tan ansiada séptima temporada –que constó de sólo siete capítulos– y tras los leaks sucedidos en India y España, los fanáticos de la serie se empacharon rápidamente del fervor audiovisual creado por David Benioff y D. B. Weiss.
Y es justo después de la fiesta, al despertar de la cruda, que el Dragón todavía sigue ahí, pero hay incógnitas e incongruencias narrativas que plagan a la séptima temporada y que bien pudieron desglosarse en 10 capítulos como en las temporadas anteriores.
Antes cruzar de punta a punta los continentes de Westeros o Essos tomaba capítulos enteros, ahora eso sucede en un parpadeo y en cuestión de minutos (en un mismo episodio), lo que parece inverosímil en la serie.
Hay temas que faltaron por explorar, entre ellos el trasfondo de ciertos personajes como Melisandre, mejor conocida como La Hechicera o La Bruja Roja que revivió a Jon Snow, pues fue despachada en el tercer capítulo y no se volvió a presentar.
Queda claro que después de la batalla marítima entre los Greyjoy no sabemos el destino que tendrá Yara, aunque Theon se ve decidido a ir por su hermana hasta el séptimo capítulo, ¿por qué no hacerlo antes?
Pocas sorpresas hubo en esta temporada, ya que para aquellos fervientes admiradores de GOT era claro que Jon Snow no era el bastardo de Ned Stark, lo único que se confirmó es que él es sucesor directo al Trono de Hierro.
¿HBO debió apostar por 10 episodios? Claro que sí, todos los seguidores lo hubiéramos agradecido pero, seguramente como en la vida real, el invierno no llegó a tiempo para poder grabar la séptima temporada (por el sobrecalentamiento global) las cosas se hicieron un poco más al vapor y se descuidaron entramados que refuerzan la historia de GOT.
Ahora el problema es esperar no sólo hasta el 2018, sino probablemente hasta el 2019 para ver la octava y última temporada de la que sólo habrá seis episodios y se rumora que cada capítulo podría ser como una mini película, teniendo como duración mínima 80 minutos, igual que el final de esta séptima temporada.
Bienaventurados aquellos que aguantarán el hambre de “Game of Thrones” y que esperan que en seis episodios se resuelva todo el conflicto creado a lo largo de hasta ahora cinco libros, más seis años de serie que promete el todo por el todo en su octava temporada.