Un año perdido, arruinado por el tornado de la 4T, lo que se traduce en millones de empleos destruidos; corrupción y opacidad; pobreza al triple; violencia creciente; caída económica; mal manejo de la pandemia y otra serie de eventos desafortunados. México es mucho país para este gobierno.
Esta administración miente cuando dice que combate la corrupción porque de manera contradictoria se han asignado más del 77 por ciento de los contratos por adjudicación directa, como nunca. Además, no dicen ni Pío de la corrupción ejercida por funcionarios, amigos y familiares del presidente.
No es un secreto que hay opacidad en el patrimonio de personas cercanas a López Obrador y aun así prefiere callar.
Por otra parte, al Ejecutivo federal no le importa la salud de los mexicanos, el mal manejo de la pandemia por COVID-19 nos ha llevado a ocupar el 4to lugar a nivel mundial de fallecimientos por este virus.
Por si fuera poco, el gobierno le da la espalda al personal de salud con más de 2 mil 300 defunciones confirmadas.
La letalidad del COVID-19 en nuestro país es del 10 por ciento; hay más de 1 millón 100 mil casos; han muerto más de 100 mil personas, ¿Así o más tenebroso?
Otros datos escalofriantes son los de la violencia, que azota como segunda pandemia. En 22 meses del gobierno de López Obrador hay más de 65 mil víctimas de homicidio doloso.
En cuanto a la violencia de género se refiere, se han cometido mil 865 feminicidios en dos años. En un país donde el titular del Ejecutivo federal considera que las mismas causas de los feminicidios son la de los homicidios la cifras son alarmantes.
Además, este jueves, en su conferencia mañanera, cuestionado sobre el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), López Obrador, negó que hayan cerrado más de un millón de micro, pequeñas y medianas empresas en 17 meses. Simplemente argumentó: “tengo otros datos, no me preocupa. Según el ejecutivo Federal la economía de nuestro país se recupera, sin embargo millones de mujeres y hombres han perdido sus empleos.
Lamento que esta administración considere más importante gastar en obras faraónicas como el Tren Maya que en hospitales o ayuda económica para que las familias mexicanas superen esta crisis. Urge un cambio de rumbo y estrategia antes de que sea demasiado tarde.