En tanto las instancias nacionales e internacionales se pronuncian respecto al nombramiento de la Ombudsperson, ella debe comportarse como una servidora pública al servicio de los mexicanos, debiendo enfocarse en garantizar que los derechos humanos de cualquier persona que se encuentre en nuestro país sean respetados.
Desde el inicio de su gestión, se ha podido ver desafortunadamente su falta de entendimiento sobre la importancia que representa tal investidura, y es que desde su primera entrevista aún en el recinto legislativo del Senado de la República, la señora Piedra señaló desconocer que en México los periodistas mueren por su activismo, desdeñando un tema que debe preocupar y ocupar a quien se diga proteger los derechos humanos de los mexicanos; ser asesinado en nuestro país por ser periodista, no es un tema menor y menos aún cuando México tiene las cifras más altas en esta materia.
Le han seguido una serie de declaraciones que poco abonan a su de por sí cuestionable nombramiento, ya que se ha mostrado completamente parcial a la ideología del partido oficial -como en aquel evento en el Centro Cultural Ollin Yoliztli donde le reconoció al expresidente Evo Morales, su calidad de “presidente legítimo de Bolivia”.
Una más de sus expresiones que no demuestran su independencia y autonomía, es la respuesta que dio a los medios de comunicación al cuestionarle sobre las declaraciones estigmatizadoras del presidente de la República contra la prensa que no le es afín, a lo que señaló que el titular del ejecutivo “sólo da su opinión”.
La Sra. Piedra debería comprender la importancia que tienen las declaraciones que emite desde una investidura transcendental como la suya, ya que comparar a los movimientos feministas con violadores o mentir sistemáticamente sobre la documentación que entregó al Senado de la República durante su proceso de elección, no abonan a solucionar la lamentable crisis de violaciones de derechos humanos que vivimos en el país. No debe pasar desapercibido que la Sra. Piedra mintió al Senado de la República al afirmar, bajo protesta de decir verdad, que no era dirigente partidista.
Es desesperanzador ver cómo un organismo autónomo, el cual luchó durante años por lograr su independencia e imparcialidad de los gobiernos en turno, hoy se vea sujeta a lo que dicta el titular del ejecutivo federal. Ojalá la Sra. Piedra rectifique su camino y empiece a trabajar en favor de los derechos humanos, para erradicar las violaciones que tanto transgreden el orden público. Es momento que atienda la crisis de derechos humanos que viven miles de víctimas, desplazados, desaparecidos, personas con discapacidad, mujeres, periodistas y personas defensoras de derechos humanos en nuestro país. Es momento de que empiece a actuar en defensa de los derechos fundamentales y deje de actuar en defensa de la ideología de la que proviene.