Durante su sexenio, cada vez que el presidente Vicente Fox metía la pata, su vocero Rubén Aguilar salía a tratar de enmendar el error. La verdad es que nunca lo logró. Por eso no estaría de más que ahora Aguilar intentara ayudar a Fox con aquello de que el erario fue a parar en una calle que lleva a sus propiedades en Guanajuato. Es decir, que no conforme con dejar al país peor que como lo encontró, en estos días todavía Fox recibe una ayudadita del presupuesto. ¿Con qué cara va a salir ahora a criticar a políticos de otros partidos? ¿Con qué argumentos va a criticar a partidos diferentes al suyo, el Partido Acción Nacional? A ver si con esto, ahora sí, el expresidente aguanta un rato callado.
Inicia la presión
El PRD y el PAN ya dijeron públicamente, a través de diferentes liderazgos, que urge un período extraordinario en el Congreso de la Unión para que se pueda realizar un período extraordinario a fin de que se aprueben temas como las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción, el proyecto relativo al uso de la mariguana con fines medicinales, entre otros, pero el PRI no ha dicho nada. El tricolor no debe olvidar que estamos a un mes de la elección y que si no tienen una salida ágil este será el reproche en todas las campañas. ¿Empezará la presión por ese lado? Esperemos atentos.
Los conversos
Sin duda esta semana iniciará agitada luego de que líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, se fue con todo contra todos sus adversarios. Con eso que dijo en Durango de que los conversos no son buenos le pegó a todos aquellos disfrazados de independientes y de paso a los priistas que se han cambiado de camiseta. Y para terminar le recetó por partida doble al PRD y a Andrés Manuel López Obrador cuando dijo que se acuerden que tanto el sol azteca como el tabasqueño apoyaron a José Luis Abarca como alcalde de Iguala, aunque ahora con todo el tema de los estudiantes de Ayotzinapa lo desconozcan. No cabe duda de que Beltrones anda con la espada desenvainada. Habrá que ver lo que venga de respuesta.
¿Y el vocero?
Durante su sexenio, cada vez que el presidente Vicente Fox metía la pata, su vocero Rubén Aguilar salía a tratar de enmendar el error. La verdad es que nunca lo logró. Por eso no estaría de más que ahora Aguilar intentara ayudar a Fox con aquello de que el erario fue a parar en una calle que lleva a sus propiedades en Guanajuato. Es decir, que no conforme con dejar al país peor que como lo encontró, en estos días todavía Fox recibe una ayudadita del presupuesto. ¿Con qué cara va a salir ahora a criticar a políticos de otros partidos?
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