El secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong hizo muy bien al cancelar su entrevista con el gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés, mientras no haya condiciones para el dialogo.
Y es que al gobernador de Sonora poco le faltó para declararle la guerra a la federación y proclamar la independencia de Sonora, porque los delegados federales cuestionaron la legalidad de la presa que el gobernador tiene en su rancho.
Guillermo Padrés debería saber que ninguna ley, y mucho menos la Constitución General de la República, le permiten expulsar a ningún mexicano del Estado de Sonora, y mucho menos hacer lo que se le pegue la gana.
Los delegados federales no son embajadores, sino funcionarios que representan en cada Estado a las diversas dependencias del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos.
Facundo el impune
Como en otras ocasiones, las mentiras de Facundo Rosas, secretario de Seguridad de Puebla, no funcionaron.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos que preside el doctor Raúl Plascencia, llegó a la conclusión de que el niño José Luis Tlehuatle Tamayo fue asesinado por la policía a cargo del secretario de Seguridad de Puebla, Facundo Rosas.
Según la CNDH, lo que acabó con la vida del menor fue un proyectil y no un cohetón, como lo aseguraba el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Y es que no es la primera vez que Facundo Rosas ha incurrido en ilícitos y ha mentido.
Es cosa de recordar cuando negó que la comandante Lore, implicada en el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, por lo cual está presa, fuera una policía federal.
O cuando la Policía Federal asesinó a dos estudiantes que participaban en una manifestación en la Autopista del Sol.
¿Actuará el gobernador panista Rafael Moreno Valle en contra de Facundo Rosas?
¿O preferirá seguir el ejemplo de Felipe Calderón cuando sostuvo a capa y espada a Genaro García Luna, jefe de Facundo Rosas?
Ni los veo, ni los oigo
Las autoridades del Tec de Monterey siguen sin atender la ola de protesta de la comunidad ITESM, no solo por el cambio de imagen de la Institución, sino también por otras equivocadas decisiones.
Los comentarios, cartas y reacciones a la realidad de una de las escuelas más reconocidas en el país, no paran.
En las redes acumulan ya miles de opiniones contra las “ciencias de la felicidad”, la reforma del logotipo, la supuesta caída en la calidad académica y el cierre de carreras “poco taquilleras”.
Las autoridades del Tec de Monterrey simplemente guardan silencio. Y el silencio nunca ha sido la mejor respuesta ante una crisis mediática.
Y si no, que les pregunten a muchos de sus graduados en Comunicación.