Yo sí te creo
Durante la presentación del libro Alas Rotas, hubo un común denominador, las víctimas de violencia sexual infantil señalaron que cuando dieron aviso a sus padres del infierno que estaban viviendo nadie les creyó o pusieron en duda sus palabras. Lo mismo sostuvieron los especialistas que participan como coautores. Uno a uno comentó que mientras no […]
Josefina Vázquez MotaDurante la presentación del libro Alas Rotas, hubo un común denominador, las víctimas de violencia sexual infantil señalaron que cuando dieron aviso a sus padres del infierno que estaban viviendo nadie les creyó o pusieron en duda sus palabras.
Lo mismo sostuvieron los especialistas que participan como coautores. Uno a uno comentó que mientras no se les crea a los menores la violencia continúa hasta que alguien les cree, y entonces, se detiene la barbarie que viven y con ello, se rompe el silencio que los lleva a sentirse culpables, a vivir con Alas Rotas.
Katina Medina Mora: “Alzar la voz cuesta miedo, cuesta mucho trabajo, sobre todo si son menores, a todos los padres y madres de familia les puedo decir que escuchen su instinto, estén atentos a patrones y cambios que sus hijos tengan, eso siempre pasa, y créanles a un niño o una niña que se acerca a decirles que alguna situación los hizo sentir mal o incómodos”.
Moisés Laniado: “Cuando existe un caso de violencia sexual en la infancia o adolescencia, es porque alguien cerró los ojos, alguien no hizo caso, no puso atención o no le creyó a la víctima. Toda la sociedad debemos proteger a la infancia”.
Priscila Salas Espinosa: “Es difícil hablar ante las personas, pero es más difícil que te crean, porque las palabras del agresor tiene más credibilidad, ninguna niña, adolescente o mujer va inventar tales cosas, porque no tenemos ningún beneficio con hacerlo. Cuando hablamos nos enfrentamos al descrédito, a la incredibilidad e impunidad, por eso crean, creamos por sobre todo, porque este delito se da en la secrecía, en el silencio”.
María Beatriz Müller: “El problema que tienen los niños y las niñas es que no se les cree, y ese problema complica la revelación, porque ellos lo hacen con su propio lenguaje. Si no les creemos a los niños estamos validando de alguna manera al abusador”.
Marce Casman: “Desde mi dolor, desde ser sobreviviente, es importante que estos temas se hablen, que no sean tabú, yo pude hablar hasta los 23 años. Yo no tengo abuela, tíos, cuando se enteraron que el esposo de mi abuela me tocaba. En las familias no se hablan de estos temas. Escuchen a sus hijos, y cuando alguien les cuente lo que está pasando tómense cinco segundos y créanles”.
Elva Leticia Cuenca: “Esto no debe ser un secreto, tenemos que salir a hablar de esta situación, no debemos callar, debemos señalarlo y denunciarlo”.
Es momento de cero tolerancia a los depredadores, no puede haber consideración ni tolerancia porque un depredador ataca al menos 60 veces. Hay que tomar a las niñas, niños y adolescentes, y decirles que nadie puede tocar lo que hay debajo de su traje de baño, debe de haber adultos que les digamos “sí te creo”.
Debemos hacer una constante el decir “yo sí te creo”, hacerlo un principio fundamental para combatir el crimen de la violencia sexual infantil, y para poder pararlo no muchos años más tarde, sino cuando las niñas y niños lo están denunciando.