El ambiente que se vive en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, en Rusia, está creando una atmósfera de bienestar entre los locales, un estado mental similar al de esa persona que desea “portarse bien” cuidando su alimentación de forma rigurosa en las semanas previas a un próximo viaje con destino a la playa.
Y es que todos quieren estar sanos durante los eventos deportivos en Sochi, o al menos eso es lo que se puede constatar a través de campañas antitabaco, restricciones en el consumo de alcohol –de hecho, no se vende cerveza– y falta de puestos que vendan los alimentos fritos o hot dogs.
Todo esto contrasta con el estilo de vida de un país donde un hombre ruso promedio tiende a morir antes de los 65 años de edad, precisamente por los nocivos hábitos de consumo de tabaco y vodka, mucho vodka.
“Los Olímpicos inspiran a las personas a cuidar su salud”, dijo a The Wall Street Journal Andrei Prokopyev, un voluntario que, mientras caminaba en una acera en el centro de Sochi, cerca de las instalaciones olímpicas, sostenía un enorme cigarro inflable con mensajes para concientizar sobre los riesgos del tabaco.
También se puede observar una exposición de salud creada por una organización local llamada “Choice”, que colocó pancartas que rezan mensajes como “¿Cuál es tu edad biológica? Conócela hoy”, reportó el diario estadounidense.
De hecho, de acuerdo a Simon Schuster, de TIME con sede en la capital rusa, Moscú, cuando los visitantes se aproximan a los detectores de metales en la puerta de estación de tren, en el distrito de Sochi, Adler -donde se llevan a cabo la mayoría de los eventos olímpicos-, se puede escuchar una voz que dice a través de un intercomunicador “Sochi es una ciudad libre de tabaco. Por favor, no fume en lugares públicos y en todas las sedes olímpicas”.
Durante las jornadas de los Juegos se puede observar a rusos que ya están siendo sometidos a pruebas gratuitas para medir su peso, altura y presión arterial y ritmo cardiaco.
Aunque quizá no sea hasta que los eventos lleguen a su fin para comprobar que estos días de “desintoxicación” se traducirán en un estilo de vida para los rusos.
Aunque cuando a Eduard Tishkova, un ruso de 82 años que fue sometido a estas pruebas, le informaron que debía dejar de beber alcohol, él contestó: “¿Dejar la cerveza? ¿Qué me está tratando de decir?”.