¿Adictos a las camas de bronceado?

No hay atajo más sencillo para estar preparados para el verano (o para fingir que es verano) que recurrir a una cama de bronceado. Unos minutos recostado y la piel está lista para ser expuesta.

Pero los riesgos de este sistema han sido ampliamente cubiertos y, ahora, un estudio de la Bownling Green State University encontró que existe una relación entre el uso excesivo de estos dipositivos y dos trastornos psicológicos.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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Las mujeres con TOC o TDC son más propensas a ser dependientes de las camas de bronceado 

No hay atajo más sencillo para estar preparados para el verano (o para fingir que es verano) que recurrir a una cama de bronceado. Unos minutos recostado y la piel está lista para ser expuesta.

Pero los riesgos de este sistema han sido ampliamente cubiertos y, ahora, un estudio de la Bownling Green State University encontró que existe una relación entre el uso excesivo de estos dipositivos y dos trastornos psicológicos.

“Aunque broncearse con frecuencia puede no estar relacionado con estas situaciones, es posible que los síntomas de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y de Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) contribuyan a que el sujeto se broncee con frecuencia”, explica un comunicado de los investigadores.  

Para las personas que sufren estos trastornos, señalan, las campañas de concientización sobre los riegos de las camas de bronceado no serán suficientes, pues requieren tratamiento individualizado.

El estudio analizó datos de 533 estudiantes de la universidad y encontró que 31 por ciento de ellos tiene dependencia al bronceado. Mientras que 12 por ciento de ellos registró una cantidad “problemática” de este comportamiento.

Además, los datos sugirieron que las mujeres con TDC y TOC eran más propensas a sufrir dependencia. 

El “bronceado problemático”, en cambio, se relacionó solamente con aquellas personas que padecen TOC.

“Es posible que algunos individuos de la muestra recurran al bronceado excesivo como resultado de pensamientos obsesivos o por una compulsión”, expresó Lisham Ashrafioun, estudiante del doctorado en psicología y miembro del equipo de investigadores de este estudio.

Sin embargo, los expertos son cautelosos y prefieren no clasificar el bronceado como una adicción, por lo menos por el momento.

Según Ashrafioun, “el título del estudio usa el término ‘adicción’, pero no debemos lanzar conclusiones sin haber realizado más estudios”.

“Pero no deberíamos dejar de considerar la posibilidad, especialmente si una persona se broncea en exceso, aún sin TOC o TDC”, afirmó Lisham Ashrafioun, “es importante que se investigue más sobre una potencial adicción”. 

Más peligroso que fumar

Las campañas para fomentar el abandono del tabaco, así como las leyes para intentar limitar su consumo, son cada vez más frecuentes en todo el mundo.

Sin embargo, un reciente estudio de la doctora Eleni Linos, de la University of California San Francisco, sugirió que las camas de bronceado provocan cáncer con más frecuencia que el cigarro.

La investigación, que tomó en cuenta datos sobre cáncer de Estados Unidos, Australia y 14 países europeos.

 La regulación de las camas de bronceado es especialmente importante entre los jóvenes, pues según el Center for Disease Control and Prevention, recurrir a ellas desde una corta edad incrementa el riesgo de sufrir cáncer en la edad adulta.

Además, esta institución descubrió que los estados (de Estados Unidos) en los que existen leyes restringiendo el acceso de la población adolescente, estos son menos propensos a intentarlo.

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