Arquitectura contra el crimen

Imagina este escenario: caminar de noche por las calles de un barrio deteriorado, cuya iluminación es mínima o nula, y donde los espacios públicos o recreativos, opacados por bardas y rejas, limitan la visibilidad del interior al exterior, y viceversa. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Imagina este escenario: caminar de noche por las calles de un barrio deteriorado, cuya iluminación es mínima o nula, y donde los espacios públicos o recreativos, opacados por bardas y rejas, limitan la visibilidad del interior al exterior, y viceversa. 

Una zona donde la única vigilancia está representada por lo que se conoce como “arquitectura defendible”: “cuando tengo tanto miedo, que necesito defenderme del entorno”, dijo en entrevista para Reporte Indigo Macarena Rau, Directora de la Corporación para Prevención del Delito mediante el Diseño Ambiental (CPTED, por sus siglas en inglés) Región Latinoamérica y el Caribe, y Vicepresidenta de International CPTED Association (ICA). 

Un espacio urbano vulnerable al delito, temor y a la violencia, y cuyo diseño ambiental pide ayuda a gritos. 

Porque, como señaló la arquitecta chilena el año pasado durante una conferencia de TED en Río de la Plata, Argentina, “cuando tenemos barrios y ciudades con gran desigualdad social y ambiental, ésta afecta a la violencia y ésta también incide en la delincuencia. Y finalmente, eso nos da mucho temor”.

Ante la percepción del temor o la amenaza, el encierro es el mecanismo de defensa. 

“Y eso hacen los barrios (…) se cierran, ponen ventanas, ponen rejas, y nos da mucho miedo”, añadió. 

A través de la metodología canadiense CPTED, aplicada a Latinoamérica y El Caribe a través de la consultora en seguridad ambiental PBK Consulting, que Rau dirige, se busca crear medio ambientes urbanos seguros, así como mejorar la calidad de vida de sus habitantes y, a su vez, obtener la participación ciudadana en dicho proceso. 

El sitio oficial de la Corporación CPTED explica que el concepto CPTED fue acuñado en 1972 por el criminólogo estadounidense C.Ray Jeffery. Y parte de la premisa de que, en ciertos espacios, los delitos son el resultado de las oportunidades que ofrece el mismo entorno físico. Lo que sienta las bases para plantear que, para disminuir la probabilidad de que ocurran delitos, es posible alterar el entorno físico.

En México, por ejemplo, donde la metodología CPTED ha sido aplicada en distintas ciudades desde el 2002 a través de estrategias socioambientales integrales para reducir la oportunidad delictiva y la sensación de seguridad, Rau destacó un proyecto de diseño urbano realizado en San Luis Potosí, en la Colonia Terremotos.

“(La Colonia Terremotos) fue remodelada entera con Sedesol hace dos años atrás. Y fue impresionante cómo bajó el nivel de inseguridad (…)”, expresó. 

Ahí se construyó un centro comunitario, un jardín infantil, se pavimentaron todas las calles y las aceras, pero todas con un proceso de participación comunitaria. 

Y es que la especialista en asesoría de seguridad ambiental aclaró que “para CPTED es tan importante, cuando tú recuperas un barrio, la arquitectura física como la social. No nos sirve de nada mejorar las fachadas si las comunidades no están cohesionadas”. 

De hecho, la participación comunitaria es uno de los cinco principios universales en los que se basan las estrategias CPTED, que “consideran al vecino y a la vecina como el experto en el territorio y por lo tanto los incluyen en el proceso”, dijo. 

Ellos son los que en la metodología CPTED se conocen como nativos expertos o usuarios, es decir, aquellos que habitan una comunidad, desde niños hasta ancianos. 

Y puso como ejemplo una dinámica en la que a los niños se les pide que sueñen, a través del dibujo, cómo desearían que fuera su parque, colonia o barrio. 

“Los niños no solo son movilizadores familiares y exploradores espaciales, además son los que van a estar en la ciudad a largo plazo”, apuntó Rua. “Entonces, preguntarles cómo sueñan su barrio es fundamental para la política pública”. 

Manos a la obra

En una ciudad que ha sido golpeada por la violencia desatada por el crimen organizado, como Monterrey, y donde actualmente ha disminuido la percepción de la inseguridad, Rua considera que el siguiente paso es hallar la manera de mantener la seguridad a largo plazo. 

Y en este sentido, enfatizó que los niños son una pieza clave, “(…) porque son los ciudadanos del futuro”. 

Advirtió que “no sabemos cuánto va a durar” esa meseta de (aparente) tranquilidad en la que se encuentra Monterrey, donde los niveles de percepción de temor se han reducido. “No estamos en el peak (pico) de violencia de hace dos años, de hace tres años”, pero “no nos sirve de nada ser autocomplacientes”.

Porque al cantar victoria, confiarse, relajarse y hacerse a la idea de que ya estamos al otro lado “(…) no estamos resolviendo el problema de fondo”, que consiste en que se realicen políticas sostenibles a largo plazo de prevención de la violencia y el delito, explicó Rua. Y con prevención se refiere a “todas aquellas acciones que nosotros hacemos antes de que ocurra el delito”. 

La experta subrayó que la misión anterior significa responsabilizarse de que el diseño ambiental de las ciudades se encamine hacia la prevención del crimen y el delito, y de que se implementen estrategias de prevención social, como trabajar con niños en las escuelas, enseñar hábitos como el buen trato al prójimo y la prevención del consumo de drogas, entre otras.

Diseñar ciudades más seguras es indispensable “porque la evidencia internacional muestra que las ciudades que han logrado reducir sostenidamente los indicadores delictivos son aquellas que no solamente tienen estrategias de control del delito, sino también de prevención”, mencionó.

Y como señaló en la conferencia en TED, “la policía y los militares no son los indicados para resolver la delincuencia”. 

A decir de Rau, antes de diciembre de este año, se fundará la Corporación CPTED México. Sin dar más detalles sobre la organización, especificó que, a la fecha, más de mil profesionales mexicanos han sido certificados. 

Macarena aseguró que “hay gente increíblemente competente en México. Ustedes son expertos en muchos temas y espero que sea una de las A.C. más fuertes que tengamos en la región”.

Por comunidades más seguras

Estos son los cinco principios en los que está basada la metodología CPTED:

1. Vigilancia natural: ver y ser vistos. Se busca diseñar ciudades más permeables, donde se ocupe el espacio público, y que gocen de la iluminación apropiada, explicó Rau. “La vigilancia natural genera convivencia y cohesión”. Puso como ejemplo la vía recreativa “San Pedro de Pinta”, en Monterrey. “Todos nos estábamos mirando”. 

2. Reforzamiento territorial: reforzar la identidad de cada barrio a través de marcas de territorio positivas, que transmitan el mensaje de que los usuarios del espacio público se hacen cargo del mismo. 

3. Control natural de accesos: evitar los accesos de aspecto agresivo, como rejas, vallas, muros o portones que impiden la visibilidad al interior –lo que invita a la actividad delictiva– o que cierran el acceso a callejones.

4. Mantenimiento: sostener a largo plazo el espacio público que ha sido recuperado es vital en las estrategias de prevención de delitos de oportunidad.

5. Participación comunitaria: los habitantes son considerados expertos en el territorio, por lo que son involucrados en el proceso de arquitectura física y social.

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