Los números no mienten, las cifras están en rojo y a pesar de la alarma no hay medidas que garanticen la seguridad en el oficio de informar en el continente americano.
Eso es lo que documenta el periodista español Bernado Díaz Nosty en el libro “Periodismo muerto”, una investigación profunda en la que se recaban datos no solamente de México, sino de otras entidades de América Latina que en total suman más de mil muertes o desapariciones de reporteros a manos de la delincuencia organizada, las guerrillas y los crímenes de estado.
La investigación que Díaz Nosty realizó durante años fue gracias a la cátedra de la UNESCO en la que dirige un observatorio de la libertad de prensa en América Latina, recabar la información para publicar el libro le tomó aproximadamente un año y medio, aunque confiesa que no fue tarea fácil.
“Hace unos quince años, mientras asesoraba en la remodelación de un diario en la Ciudad de México, sentí muy cerca la violencia y las presiones sobre la redacción en términos que no había conocido en España, ni siquiera en los últimos años de la dictadura… Secuestraron a una redactora, dispararon sobre el editor. Y eso que no eran los peores años”, relató Díaz Nosty durante la entrevista para Reporte Indigo.
El periodista español recuerda entre los pasajes de la historia sucesos como el del periodista michoacano Manuel Buendía que fue asesinado en 1984 durante la guerra civil guatemalteca, la dictadura de Fujimori en Perú, más la guerrilla en Colombia y el narcopoder ejercido en México, entre más temas de violencia para acallar a la prensa.
México amordazado
“¿Quién es el enemigo? Es un interesante recorrido por la historia de cada uno de los países de América Latina que se compone del relato de lo acontecido: la represión, el apogeo de las dictaduras, el terrorismo de Estado y la acción criminal del narcotráfico”, enuncia en el prólogo el jurista español Baltazar Garzón y con éste eje central es que se teje la obra “Periodismo muerto”
El catedrático Díaz Nosty afirma que el periodismo va ligado a la democracia, a las libertades públicas y a la cultura política, por desgracia estas situaciones no han cambiado en el panorama de México en décadas.
“Esas cosas no cambian por decreto de la noche a la mañana. Lo peor es que no sólo no cambien, sino que se acentúen, porque entonces el tiempo de regeneración será más largo. Los que gobiernan deberían saberlo, y lo saben, pero son parte del problema, claro”, responde Díaz Nosty vía correo electrónico.
Trump el autócrata
Vivimos en la era en que el presidente de los Estados Unidos gobierna en 140 caracteres, en un momento donde las políticas se vuelven represivas hacia el libre discurso en los medios informativos, ¿acaso es que peligra la libertad de prensa en la Unión Americana?
“Estamos viendo los rasgos expresivos de un autócrata. Por gestos mucho menores, la Sociedad Interamericana de Prensa puso el grito en el cielo ante los desafueros de mandatarios latinoamericanos, o la Freedom House mandó a los infiernos a algunas naciones. Espero que ahora se escuchen las voces de alerta, aunque no creo que la cultura periodística estadounidense se deje vencer por los desplantes de Trump”, agrega el periodista.
A Díaz Nosty le preocupa la influencia que el discurso del magnate pueda tener en la credibilidad de la prensa, sin embargo ve como positivo que haya medios que no se dejen callar por el inquilino de la Casa Blanca.
“Resulta alentador, sin embargo, saber que, pese al verbo atormentado de este hombre, entre los mismos republicanos se apela a la libertad de prensa y que diarios como The New York Times, han incrementado como nunca las suscripciones digitales desde la llegada de Trump. Creo que el muro a la prensa le va a resultar tan difícil de levantar como el muro con México”, comenta.
¿Periodismo delincuencial en México?
El autor no se atreve a afirmar que en nuestro país la prensa pueda ser comprada en su totalidad por el narcotráfico, “Pero claro que la droga blanquea el papel de la prensa… Eso no quiere decir que en México no haya periodistas de alta cualificación, comprometidos y arriesgados. Quiero destacar el papel singular de algunas mujeres periodistas, por una valentía que estimula la esperanza”, cree el académico.
“El poder de la prensa radica en ser una perforadora de transparencia, y, en situaciones de bajo perfil democrático, nadie quiere que se levanten las alcantarillas porque allí tiene algo escondido”, ahonda.
En respecto a la entrevista realizada por Sean Penn a “El Chapo” en suelo mexicano y si él considera que esto es periodismo, Díaz Nosty se apega a sólo responder “Lo que no sabía era que Sean Penn fuese periodista…”.
Semanario ZETA: el capítulo perdido
De firma discreta, en un párrafo del libro apenas se habla del atentado contra Jesús Blancornelas y el asesinato de Héctor Félix Miranda quienes casi estaban secuestrados en la libertad de información en Tijuana en la década de 1980 con Semanario Zeta, Díaz Nosty confiesa que no prestó mucha atención a este suceso de violencia periodística.
“Tal vez no le di la importancia debida, pero el libro, más que contar situaciones personales concretas, salvo en casos centrales — como Manuel Buendía en México—, analiza situaciones, períodos, hechos relativos a cerca de 20 naciones y más de mil 50 periodistas asesinados”.
Números rojos
Los asesinatos de periodistas se han acrecentado con la situación política y de violencia que se vive en México desde hace décadas
>> México junto a Ecuador, Honduras, Venezuela y Cuba no tienen libertad de prensa según un estudio presentado por Freedom House en 2015
>> Entre 2014 y 2015 se registraron 70 homicidios de periodistas en nueve países, 51 de ellos en México, Honduras y Brasil, documenta Díaz Nosty en la investigación
>> 220 periodistas en México han sido asesinados o desaparecidos en el período de 1970 – 2015 según el Observatorio de la Libertad de Prensa en América Latina de Infoamérica