Cada cabeza ¿es un mundo?

"Cada cabeza es un mundo". Antes esa frase se aplicaba a todo lo que una persona puede pensar... hoy es una realidad en la que un cuerpo humano podría estar conectado a una cabeza ajena.

Y es que el primer trasplante de cabeza ya está prácticamente programado para el año 2017. Ya hay un neurocientífico dispuesto a hacer la cirugía y un voluntario para someterse a la misma.

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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"No le deseo esto a nadie; especialmente no dejaría que me lo hicieran a mí, porque hay cosas peores que la muerte"
Hunt BatjerPresidente de la Asociación de Cirujanos Neurológicos
de Estados Unidos

“Cada cabeza es un mundo”. Antes esa frase se aplicaba a todo lo que una persona puede pensar… hoy es una realidad en la que un cuerpo humano podría estar conectado a una cabeza ajena.

Y es que el primer trasplante de cabeza ya está prácticamente programado para el año 2017. Ya hay un neurocientífico dispuesto a hacer la cirugía y un voluntario para someterse a la misma.

Suena irreal y casi imposible, pero de llevarse a cabo esta cirugía, la humanidad entera se pregunta por el resultado final: ¿Sobrevivirá esa “nueva” persona? ¿Cómo pensará? ¿Aceptará su cabeza a un cuerpo extraño? ¿Cambiará su identidad?

Las miles de preguntas a nivel ético, médico, científico, psicológico y social podrían ser respondidas por el neurocientífico Sergio Canavero quien, durante los últimos 30 años, ha estudiado la posibilidad de este procedimiento. 

El 12 de junio, Canavero presentó su proyecto titulado “Heaven-Gemini: Head Transplantation: The Future Is Now”, en el marco de la Conferencia Anual de la Academia Americana de Neurólogos y Cirujanos Ortopédicos, en Chicago, en presencia de la International College of Surgeons-United States Section.

Si su proyecto encuentra una vía, Valeri Spiridónov, un programador ruso de 30 años que sufre de atrofia muscular espinal, podría ser el primer paciente en someterse a  este tipo de trasplante. 

Así, el procedimiento supone la creación de un “ser” al puro estilo de lo que Mary Shelley escribió en “Frankenstein”. Esto si se reúnen los 10 millones de dólares que cuesta la intervención, en la que se le colocaría a Valeri la cabeza de un donante con muerte cerebral o la de un preso condenado a muerte.

Muchas preguntas por responder

Una vez explicada la parte técnica de la operación, y en caso de que Valeri Spiridónov sobreviva, ¿qué sucederá con su mente, sus emociones? ¿con la parte psicológica, y todo lo que determina su personalidad y la relación que se construye entre mente y cuerpo?

En el caso del ruso, su cerebro deberá ser responsable de movimientos corporales a los cuales no ha estado acostumbrado nunca, y en ese sentido, ¿cuál sería la realidad de Spiridónov? ¿Ser dos personas o una sola? 

Las cuestiones éticas ya sobrepasan al trasplante mismo. En caso de que sea un éxito, si el paciente tiene un hijo, ¿de quién sería el hijo? biológicamente pertenecería al cuerpo del donante porque la esperma vendría del cuerpo, pero ese cuerpo lleva la conciencia y la cabeza de otro humano.

Un proceso complicado

Para que Canavero inicie con esto, necesita primero la aprobación del comité ético del hospital. Entonces, la cirugía duraría dos años y se realizaría en tres fases. 

La primera fase sería encontrar un cuerpo que sea compatible con la cabeza de Spiridónov.

Una vez seleccionado, empieza la fase de cirugía, la misma se dividiría en dos momentos.

La primera es para realizar las incisiones en los cuellos de las dos personas. Una vez realizado esto, cabeza y cuerpo deberán equilibrarse a una temperatura de 10 grados centígrados. 

A continuación, se procede a la reconexión de tejidos y nervios, pero en una camilla vertical. Si el paciente sobrevive, la tercera fase es la más lenta y complicada.

Por aproximadamente un año el paciente estará inmovilizado con el fin de que el cuerpo se acople correctamente a la cabeza del donante. En esta fase, según lo han señalado médicos de todo el mundo, se encuentra uno de los puntos más críticos.

No solo porque la cirugía podría ser insoportablemente dolorosa para Spiridónov, sino porque también hay que tomar en cuenta que podría haber un rechazo de las partes, asegurando el fracaso absoluto de la operación. 

El científico

La operación de Canavero está sujeta a muchas críticas. William Matthews, Presidente de la Academia Americana de Neurólogos y Cirujanos Ortopédicos dijo: “Acepto el concepto de fusión espinal y pienso que hay muchas áreas en las que un trasplante de cabeza podría ser utilizado, pero discrepo con Canavero en que este sea el momento. Él piensa que está listo, yo pienso que falta mucho tiempo para ver eso”.

Muchos doctores e investigadores han criticado el proyecto de Canavero, tachándolo de precipitado, irreal, y de carecer de un rigor médico serio. 

Existe muy poca experiencia en el terreno y jamás se ha comprobado con éxito que una cabeza sobreviva en otro cuerpo, aunque las arterias y venas puedan llegar a irrigar sangre y conectar correctamente, el factor riesgo se encuentra en la capacidad de unir la médula espinal al cuerpo, y que éste obedezca a la nueva cabeza. 

Esta no es la primera vez que se realiza algo así. En 1970, el equipo liderado por Robert White junto con la Case Western Reserve University School of Medicine, logró realizar un trasplante de cabeza de un simio al cuerpo de otro. 

El animal, que no pudo mover su cuerpo tras la intervención, sobrevivió por nueve días pero con asistencia respiratoria y su muerte, como se teme que pase con Spiridónov, se debió a que el sistema inmunológico rechazó la cabeza. 

Razón por la que, para muchos, es necesario hacer pruebas preliminares con animales, antes de hacer cualquier práctica con humanos. 

El voluntario

El ruso Valeri Spiridónov padece de atrofia muscular espinal, una enfermedad que causa que los músculos no se desarrollen como deberían desde la niñez y que hace que los huesos se deformen. 

Pero aunque los músculos no se desarrollen correctamente, los huesos siguen desarrollándose de manera normal, lo que significa que el propio esqueleto de Valeri lo está matando.

En la actualidad no se ha encontrado una medicina efectiva para este padecimiento. 

El neurocientífico Sergio Canavero, que es un experto en el mecanismo del síndrome del dolor central y entre sus publicaciones se encuentran “Central Pain Medicine” e “Inmortal: por qué la conciencia no está en el cerebro”, dice que si la operación funciona “se podría ayudar a personas con una parálisis crítica a darles mejor calidad de vida. Gente con una parálisis como la del actor Christopher Reeve o la del Profesor Stephen Hawking”

¿Estamos listos para ser inmortales?

Según Canavero, el trasplante de cabeza puede ser el primer paso hacia la inmortalidad. 

“Estamos un paso más cerca de prolongar la vida humana un tiempo indefinido, ya que un paciente de 80 años de edad que recibe un nuevo cuerpo podrá vivir 40 años más”. 

El lugar de la operación no ha sido anunciado. Se puede realizar en cualquier lugar, todo es cuestión de logística, de reunir los 10 millones de dólares y juntar un personal conformado por 150 especialistas. 

Lo difícil es encontrar un país que quiera ejecutar la operación, ya que en muchos lugares puede ser considerada como un doble asesinato. 

Aunque, como dice Spiridónov “en realidad, solo se realizará si el cuerpo del donante ya tuvo una muerte cerebral por un derrame, un accidente, o se trata de un preso condenado a muerte, para lo cual se tiene que tener el consentimiento del donante o de sus familiares”. 

Es decir, si existe el consentimiento de la donación, aparentemente, no hay un asesinato, y no debería representar un problema ético o legal. 

“De momento no tengo mucho miedo, esta iniciativa le interesa a muchas personas, tengo mucha información sobre las etapas, y no se puede tener miedo mientras se este consciente de la importancia de lo que está sucediendo. Estamos ante un momento que podría cambiar a la humanidad” afirma Valeri Spiridónov. 

Y añade: “tras estar 30 años obligado a moverme en silla de ruedas y sin poder hacer nada si no es con la ayuda de alguien más, me gustaría tener la vida de una persona normal, quisiera tener una libertad básica. En cuanto al cuerpo del donante, no tengo un cuerpo preferencial, salvo que sea uno más sano del que tengo ahora, por lo demás, lo podría arreglar con ejercicios básicos (…)”.

“Espero que mi personalidad se trasplante con mi cabeza. Soy optimista, no puedo descartar nada, pero no creo que sea nada nocivo (…)”.

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