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Caminito –violento– de la escuela

La escuela es ese entorno educativo en el que niños y adolescentes pasan la mayor parte del tiempo de su día. Es también uno de los espacios donde, en México y en el mundo, se ejerce la violencia (evitable) de diferentes formas.

Para María José García Oramas, profesora e investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), la violencia en la escuela es un fenómeno social muy complejo que va más allá de lo que hoy se conoce como bullying (acoso escolar). 

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niñosen México han padecido violencia doméstica o escolar
"Las escuelas no solo deben ser espacios libres de violencia, sino al contrario, deben ser el escenario idóneo para la promoción de la cultura de paz y de derechos humanos"
UNICEF
La violencia en las escuelas es un problema complejo no solo por lo que ocurre en el interior, sino también por el crimen organizado que opera alrededor de la zona

La escuela es ese entorno educativo en el que niños y adolescentes pasan la mayor parte del tiempo de su día. Es también uno de los espacios donde, en México y en el mundo, se ejerce la violencia (evitable) de diferentes formas.

Para María José García Oramas, profesora e investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), la violencia en la escuela es un fenómeno social muy complejo que va más allá de lo que hoy se conoce como bullying (acoso escolar). 

“De pronto se nos ha olvidado que la escuela es un espacio donde los docentes tienen que ejercer una ciencia que se llama pedagogía, la cual está ausente y ya no sabemos qué hacer, porque es de tal magnitud el problema, que lo que hacemos es correr, llamar a la policía, revisamos la mochila, cerramos las puertas, vigilamos y nos olvidamos que los adultos tenemos un lugar fundamental que hay que recuperar”, dijo la investigadora en la presentación del libro “Violencia en la escuela. De las violencias sufridas a las violencias cometidas”. 

El libro, publicado por primera vez en Francia en 2009, reúne la investigación y casos de estudios de un grupo internacional de especialistas en diversas disciplinas. Uno de los capítulos es de la también titular de la Unidad de Género de la UV, en el que expone su experiencia tras intervenciones psicosociales y psicopedagógicas en escuelas rurales de Veracruz y Tabasco, en colaboración con el Consejo Nacional de Fomento Educativo.

En entrevista para Sin Embargo.mx, García Oramas explicó que la clave en la solución de conflictos y la mejora de la convivencia escolar está en proveer a los profesores de herramientas para que reflexionen sobre su práctica docente; en el “diálogo cotidiano y no en las medidas policíacas de vigilancia y control”, como los ineficaces programas contra el bullying “Escuela Segura” y “Operativo Mochila Segura” implementados por la Secretaría de Educación Pública.

El jueves pasado, durante la presentación del libro en el Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia (IFEL), la socióloga y docente de terapia familiar Adriana Segovia, presidenta del IFEL, destacó la pobre convivencia entre maestros y alumnos que surge a raíz de los reglamentos y acuerdos que actualmente se gestan en los planteles educativos para frenar la violencia escolar.

Por ejemplo, los maestros no deben tocar a los niños “para evitar el abuso”, siendo que en los docentes es en quienes, en algunos casos, los niños encuentran la única fuente de afecto, ese que no encuentran en casa, donde son víctimas de la violencia.

“Ahora los maestros tienen miedo de tocar a unos niños que son maltratadísimos en su casa (…)”, lo que le parece “espeluznante”, expresó. 

“Es una desesperación la poca capacidad de nuestros políticos para entender la complejidad de los problemas”, apuntó García Oramas. Agregó que, pese a que se les informa a las autoridades que la violencia escolar va más allá del bullying, así como la participación que se requiere de todos para hacer frente a esta grave problemática, a lo máximo que llegan es “exponer un cartel que dice ‘denuncia si…’”. 

Y es que las escuelas no son lo que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) considera que deben ser: “(…) las escuelas no solo deben ser espacios libres de violencia, sino al contrario, deben ser el escenario idóneo para la promoción de la cultura de paz y de derechos humanos, así como espacios de protección y seguridad para los niños, en donde aprendan a solucionar los problemas a través del diálogo”. 

Así lo señaló el organismo en un comunicado emitido este mes, en el que hizo un “llamado urgente para que se tomen las acciones necesarias que permitan el regreso a clase de todos los niños y concretamente en el estado de Guerrero”. 

Problema de todos

“La situación en las escuelas hoy en día es terrible (…)”, comentó García Oramas. “Todas están amenazadas, en todas hay narco, (a) los maestros les roban su quincena, es una situación terrible a la que las escuelas están siendo sometidas en nuestro país”. 

Esto, a su vez es una “limitante terrible” para acudir a estas zonas “calientes” del país y poner en práctica el trabajo de intervención en materia de psicoanálisis en las ciencias de la educación que las escuelas requieren para solucionar el problema de la violencia. 

“La situación se complejiza, no solo por lo que sucede al interior (…)”, reconoce. 

Otro detalle que a García Oramas le parece sumamente grave es “la ausencia de adultos (…) en las escuelas a ese nivel de zona suburbana”. Cuenta que los maestros le decían que “los chavos se van de vacaciones, y en las vacaciones los papás les dicen ‘ahí te ves’, porque yo me voy no sé si con la nueva pareja o con quien sea. (Los padres) no están en las comunidades, no aparecen en las reuniones, en las juntas”. Los maestros, solos y “muy desesperanzados”, “se quejan mucho”. 

La violencia en el ámbito educativo es un problema de todos, es responsabilidad de toda la comunidad. Porque ni los maestros, ni los padres, ni, mucho menos, los mismos alumnos podrán revertir la situación por sí solos. 

Lo mismo sucede en el caso de acoso escolar. Como explicó en mayo del año pasado el conferencista y padre de una víctima de bullying John Halligan, en exclusiva para Reporte Indigo: el bullying se trata como un “problema de comunidad (…) Es toda la comunidad escolar”, en la que se involucran “no solo niños, también a los maestros, a los administradores, los conductores del autobús, al trabajador de la cafetería, cualquier adulto que entre en contacto con el niño debe recibir un nivel de entrenamiento sobre este asunto, intervenir y encararlo”.

 

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