A la actriz mexicana Kate del Castillo y a uno de los capos más buscados de México, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, pareciera no importarles el riesgo y los peligros que representan la filtración de datos, el leak de información personal, así como la exposición de la intimidad en línea.
Y es que a través de mensajes de texto hoy se puede capturar a un espía, un delincuente, un hombre infiel y hasta a un alumno tramposo. Los chats –junto con las imágenes y videos que ahí se comparten– se han vuelto un arma de doble filo para la sociedad, los gobiernos y los sistemas de seguridad en línea.
Incluso los hackers y ciberdelincuentes –que pueden robar desde una conversación colmada de sexting hasta los datos de tu cuenta de banco– ya han perfeccionado los delitos que perpetran.
Pero cuando se trata de “ligar” y negociar a través de Internet, los riesgos pasan a segundo plano. Y la relación, tanto digital como personal, que sostuvieron “El Chapo” y la actriz que diera vida a Leticia Bustamante en el melodrama “Muchachitas” (1991) y protagonizara la telenovela más cara de Telemundo, la exitosa emisión “La Reina del Sur” (2011), es el ejemplo perfecto para demostrar que las personas no dimensionan la magnitud y el carácter efímero que tiene la comunicación en línea.
La eficacia, viralidad y rapidez con la que se da la comunicación en línea es tan orgánica y natural que la seguridad no importa. Bien pudo haber estado Kate del Castillo trabajando con la Administración para el Control de Drogas (DEA, en inglés) de Estados Unidos, con la propia Procuraduría General de la República (PGR) y Guzmán Loera aún así le compró su celular de “color de mujer” (como se especifica en el chat del capo), e inclusive le hablaba con cariño, respeto y hasta posible admiración.
Y en el caso de Del Castillo, interpretar a la Reina del Sur solo la motivó a “engolosinarse” más con Hollywood y el narcotráfico, ya que su exposición y riesgo va mucho más allá del de cualquier usuaria que intercambia mensajes con un hombre que la “adula”.
Sin embargo, con todas las implicaciones que haya detrás de esas conversaciones dadas a conocer entre la actriz y “El Chapo”, no sorprende que ni el capo más buscado tenga la tentación de chatear sin ton ni son, pues el 52 por ciento de los mexicanos prefiere que un cibercriminal entre a su cuenta bancaria, que a fotos y contenido personal.
Es decir que la mayoría no toma precauciones para sus dispositivos móviles, los cuales están desprotegidos y contienen toda la información personal que, actualmente, vale oro.
De hecho, México ocupa el tercer lugar de víctimas por crímenes y fraudes cibernéticos, solo por debajo de China y Sudáfrica.
Y como primero está “el ligue” antes que la cuenta bancaria en las prioridades de los mexicanos, éstos están más interesados en resguardar su WhatsApp, que sus tarjetas de crédito, de acuerdo a un análisis de la firma de seguridad alemana Avast.
“Más del 80 por ciento de los usuarios en el mundo temen por la seguridad de sus datos en el teléfono; sin embargo, para muchos de ellos la mayor preocupación está en textos, fotos o mensajes que mandan. Es un avance pero no es suficiente”, dijo Gagan Sigh, presidente de Avast, en entrevista para CNNExpansión en el 2015.
Realidad, no NarcoTV
Como dijo en AP el actor Gael García quien, al igual que Kate, es un mexicano cuya carrera prometedora ya ha traspasado las fronteras con Estados Unidos, el tema de la recaptura de “El Chapo” y todo lo que eso conlleva “es un tema que ha causado mucho dolor en todo el mundo y no lo puedo tomar a la ligera. Como mexicano, para mí este es un tema muy serio”.
Y aunque los chats entre Del Castillo y el capo más buscado dieron revuelo a todo lo ancho de la Red, lo cierto es que citando nuevamente a Gael García, “hay muchas muertes involucradas. No me puedo reír al respecto”.
Por su parte la actriz Camila Sodi, quien protagonizó la narcoserie “Señorita Pólvora”, señaló en alguna ocasión que “estamos en un momento muy fuerte de violencia en este país. Creo que en la cúspide y estos temas son muy atractivos para todos porque son, tristemente, muy cotidianos y cuando los llevas a la ficción estás abordándolos desde un lugar que no es tan personal. Es como cuando te ríes de algo malo que te pasa porque no te queda de otra”.
Sin embargo, a este país le fascinan las telenovelas, los narcos son interpretados por galanes de ojos claros y las mujeres se vuelven el centro de atención de los medios, el público y los propios delincuentes.
La diferencia radica en una simple y sencilla razón: esta no es la NarcoTV y estamos hablando de la vida real. Los “villanos” reales son delincuentes que no se tientan el corazón, dejan de valorar la vida y el narcotráfico se ha vuelto un enemigo de corrupción y violencia.
Como se había mencionado en este espacio, para muchos las narcoseries son un retrato de la realidad, para otros son un nuevo “cártel” que solamente permite que esos personajes entren en las casas a través de la TV –y la computadora–, para una pseudo catarsis revuelta con masoquismo.