El hombre que presumió demasiado
Enrique Metinides, la leyenda, el fotógrafo, el artista. Pasó de ser un retratista de la nota roja a uno de los más reconocidos talentos tras la lente, ganando el gusto por la violencia exacerbada en distintas latitudes del mundo, formando parte de colecciones de reconocidas personalidades internacionales.
Solo bastó un clic para cambiar la historia de este hombre que es obseso por el horror gráfico en la humanidad, quien además colecciona en álbumes fotográficos recortes periodísticos de otros colegas que trabajan con este tema común.
Hidalgo NeiraEnrique Metinides, la leyenda, el fotógrafo, el artista. Pasó de ser un retratista de la nota roja a uno de los más reconocidos talentos tras la lente, ganando el gusto por la violencia exacerbada en distintas latitudes del mundo, formando parte de colecciones de reconocidas personalidades internacionales.
Solo bastó un clic para cambiar la historia de este hombre que es obseso por el horror gráfico en la humanidad, quien además colecciona en álbumes fotográficos recortes periodísticos de otros colegas que trabajan con este tema común.
Su suerte fue haber nacido en México cuando sus padres se vieron varados en el país azteca durante su luna de miel, cuando estalló la Primera Guerra Mundial.
Al hablar con Trisha Ziff, la directora del documental “El hombre que vio demasiado” (2016) y preguntarle sobre la personalidad de Metinides y cómo le propuso hacer una película de su vida, ella sonríe y solo dice una palabra: “ego”.
Con un claro acento británico en su español que mastica con cierta dificultad, la realizadora argumenta que al fotógrafo le sobran pretextos para hablar de su trabajo, “él siempre es feliz cuando tiene la oportunidad para recontar las historias del pasado”.
“El quiere hacer una película de la historia de él solo –yo pienso– y no, en mi opinión esta no es una película de la biografía de él, es una historia que tiene una relación de la violencia hoy y el trabajo de los periodistas y fotoperiodistas específicamente de hoy y para mi es un gran parte de la película”, dice en entrevista para Reporte Indigo.
Después de haber tenido su paso por un ávido circuito de festivales el año pasado, “El hombre que vio demasiado” se estrena hoy a nivel nacional, distribuida por Alfaville Cinema.
El morbo y la autocensura
Choques automovilísticos, explosiones, crímenes pasionales, mutilados, cuerpos entre charcos de sangre y más fueron el día a día de Metinides durante décadas, pero lo que Ziff buscaba plasmar en el documental era algo más que una historia de terror, ella quería hablar con quienes estuvieron tras el momento de disparar el obturador y registrar en imagen lo que ahora perdura como un crudo destello del pasado.
Para la mujer fue difícil el proceso de edición, ya que después de estar siguiendo los pasos del fotógrafo por casi cinco años, se arrojaron más de 100 horas de material, su primer corte duró cuatro horas.
Hubo una anécdota que tuvo que quedar fuera del testimonial, en un recorrido de Día de Muertos Ziff –junto a otros periodistas– vio de cerca al crimen organizado.
“Había cuatro cuerpos, era un evento entre los narcos, no se qué pasó, es la primera vez que vivíamos este tipo de violencia en la noche y yo tengo dos opciones, una es filmar a los fotógrafos trabajando, tomando fotos de la gente y los cuerpos a la distancia o mover las cámaras y filmar a las mujeres, las familias que lloraban y tomé la decisión de censurar”, recuerda.
La británica señala que para ella es importante que el sensacionalismo no predomine en su filme, es por eso que prefiere detener el morbo antes de que ocurra a cuadro.
El gusto extranjero por el rojo
En la casa del compositor minimalista Michael Nyman descansan más de 50 fotografías de la violencia de calle en México, un alto contraste con sus creaciones sonoras que evocan paz y tranquilidad.
“A él le gusta mucho el trabajo de Metinides, él tiene una pared en su casa solo para las fotografías de Enrique”, aclara Ziff, quien entrevistó a Nyman para que expresara su opinión en el documental.
Otra de las voces extranjeras que la directora logró tener en su largometraje fue la de Dan Gilroy, realizador de “Primicia mortal” (2014), producción en la que Louis “Lou” Bloom (Jake Gyllenhaal) es un reportero freelance y hace lo imposible por cubrir la nota roja en Los Ángeles, California.
“Yo vi la película, es fantástica y Metinides (risas) es muy egoísta. Él piensa que es la historia de él, bueno no de él, pero inspirada en él y la verdad es que Dan no sabe quién es Metinides”, dice Ziff.
Tras un desayuno con Gilroy, éste le propuso a la mujer inglesa que Metinides fuera a Los Ángeles e hicieran juntos un recorrido nocturno, el cineasta tras el volante y el mexicano con cámara de foto en mano para ir tras los sucesos violentos, pero hay una fobia que el fotógrafo de 83 años sufre desde su infancia: el miedo a volar.
Música noir
Una trompeta con sordina, un bajo solitario y un clarinete, claros pulsos que recuerdan la época del Film Noir, aquel de detectives que iban tras las huellas de un crimen pasional, esa era la intención de Trisha Ziff al encargar la composición del soundtrack a Jacobo Lieberman.
“La música de la época de Metinides, los tríos y todo eso pienso que es un poco cursi y también es obvio (…) Yo quería algo muy jazz, muy noir, la sensación de la ciudad en la noche, pienso que funciona muy bien”, expresa Ziff.
La mujer fantasma
Elizabeth, Alexandra y Mónica son las hijas de Metinides que dentro del testimonial se expresan con amor hacia su padre, hablan de lo meticuloso que es con sus colecciones de fotografía y lo pulcro que era con su empleo de tiempo completo.
“Tenía su ropa preparada en la noche por si le hablaban en la madrugada, él se vestía en un segundo y ya estaba la ambulancia afuera esperándolo”, recuerda Mónica de su padre.
Sin embargo, hay un apartado que está totalmente ignorado en el documento audiovisual, su vida sentimental y de pareja.
“Toda la gente me lo pregunta, él es divorciado y él no quiere que incluyéramos eso en la película. Yo respeto mis protagonistas, ella vive en el mismo edificio de él, pero él no quiere que tenga voz en la película y yo presioné y presioné y tuve que decidir mis batallas con él, y tuve que respetar su decisión”, se sincera la directora.
Todo parece indicar que el hombre que vio demasiado le gusta ser un voyerista, pero no permite el balazo de regreso, refractando la luz para evitar que conozcan ese lado emotivo de su vida, haciendo de su vida solo un espejo arreglado.
El siguiente proyecto
El siguiente documental que está realizando la mujer inglesa es acerca de los gemelos Witkin y su complicada relación artística y personal, ya que mientras que Joel-Peter es fotógrafo, Jerome se dedica a la pintura.
“Ellos son artistas muy intelectuales, pero la relación entre ellos es complicada, la película es la historia de su trabajo y al mismo tiempo es una historia que existe en la mayoría de las familias, tensiones entre hermanos, en este caso son idénticos, entonces es más interesante posiblemente”, concluye Ziff.