De espíritu combativo

Después de “Narcos” hay vida para el actor de Pablo Escobar, ya que luego de la segunda temporada donde se le da fin a la vida del narcotraficante, Wagner Moura ha dejado 20 kilos atrás que le demandaba el físico del capo colombiano.

Ahora su mira se halla puesta detrás de las cámaras ya que se encuentra en pre-producción de su opera prima, la cual se inspira en la vida de un político que cambió a Brasil, su país de origen: Carlos Marighella, quien fue parte de la lucha armada contra la dictadura impuesta por Humberto de Alencar Castello Branco.

“Yo actúo desde hace muchos años, creo que es un momento de experimentar otras cosas (…). El guión es de Felipe Braga, trabajó con él desde 2013”, comenta en entrevista para Reporte Indigo.

El proyecto lleva 3 años en desarrollo y está basado en el libro “Marighella: El guerrillero que prendió fuego al mundo” de Mário Magalhães (2012).

La era Trump: Incierta

Ante la llegada del magnate Donald Trump a la presidencia estadounidense, el artista brasileño cree que este suceso es lamentable y que faltó marcar más distancia entre los posicionamientos políticos. 

“Las elecciones de los Estados Unidos fueron una elección de la derecha contra la derecha, Hillary no se mostró como una oposición tan diferente, claro era diferente porque era una mujer elegante, preparada, no era como Donald Trump, claramente racista, conservador de una manera terrible”.

Aunque de haber quedado Hillary Clinton, para Moura la situación estadounidense también habría sido complicada con el resto del mundo.

“No creo que Hillary fuera igual tan buena para el resto del mundo, ella es una persona también muy intervencionista y belicista, pero lo peor que podía pasar era que este hombre fuera elegido el presidente de la nación más poderosa del mundo”. 

El futuro de Brasil

La nación de Moura también atraviesa graves problemas políticos en la actualidad con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y la llegada de Michel Temer al poder ejecutivo para terminar el mandato.

“Es el peor momento –que yo sepa– desde la dictadura militar. Hubo un ataque a las instituciones democráticas, yo no voté por Dilma Rousseff, no creo que fuera buena presidenta pero la echaron de una manera antidemocrática”, explica.

Moura argumenta que la destitución de Rousseff tuvo tintes políticos y económicos, el problema es que se convenció a la población de que el sacarla del poder fue democracia.

“Es un país que después de eso tiene a sus instituciones débiles, entonces volvimos como 50 años”, puntualiza.