Comer orgánico no es comer mejor
La idea de una alimentación orgánica está intrínsecamente asociada con ecología, salud y beneficios tanto para los humanos, como para el medio ambiente.
Sin embargo, la controversia ha llegado tras publicarse un estudio de la Universidad de Stanford que pone en duda los beneficios de ingerir comida orgánica.
El estudio se realizó sobre otros estudios, es decir, es un meta-análisis sobre 240 publicaciones del tema que reveló que la comida orgánica no hace la diferencia –con la comida convencional– en términos de nutrición y contenido vitamínico.
María Alesandra PámanesLa idea de una alimentación orgánica está intrínsecamente asociada con ecología, salud y beneficios tanto para los humanos, como para el medio ambiente.
Sin embargo, la controversia ha llegado tras publicarse un estudio de la Universidad de Stanford que pone en duda los beneficios de ingerir comida orgánica.
El estudio se realizó sobre otros estudios, es decir, es un meta-análisis sobre 240 publicaciones del tema que reveló que la comida orgánica no hace la diferencia –con la comida convencional– en términos de nutrición y contenido vitamínico.
Lo que sí se traduce en un beneficio para las personas que consumen alimentos orgánicos es la reducción a la exposición de pesticidas y a las bacterias que resisten a los antibióticos, según el estudio de la Universidad de Stanford.
De hecho, la única diferencia que se encontró –además de menor exposición a pesticidas y bacterias– fue que los alimentos orgánicos tienen un poco más de fósforo. El fósforo es un elemento que, junto con el calcio, ayuda a la formación de huesos, dientes, combate los dolores causados por artritis y es importante para la división y reproducción celular en el cuerpo humano.
También, los alimentos orgánicos contienen más nitrógeno que los normales, pero los investigadores dicen que se puede deber al tipo de fertilizante que se utilizó durante su cultivo.
“Las personas eligen comprar alimentos orgánicos por muchas razones. Una de ellas es la percepción (que se tiene) de los beneficios para la salud”, señaló Crystal Smith-Spangler, quien lideró a un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford y el Veterans Affairs Palo Alto Health Care.
Smith-Spangler y su equipo analizaron más de 200 estudios para comparar la salud de las personas que consumían comida orgánica o normal, junto con los niveles de nutrientes y pesticidas (que resultan contaminantes) en los alimentos que se ingerían.
Crystal señala que “algunos creen que la comida orgánica es siempre más sana y nutritiva (…) estamos sorprendidos al no haberlo confirmado”.
Y reitera que la salud no es ni la razón principal, ni la de mayor peso, “estamos a favor de las comidas saludables. Claro que hay que comer frutas y verduras, pero cómo se hayan cultivado importa menos”.
Crystal dijo a Reuters Health que “es poco común, ya sea para los alimentos orgánicos, como para los convencionales, exceder los límites permisibles de plaguicidas, por lo que no está claro si una diferencia en los residuos (de éstos) podría tener un efecto sobre la salud”.
El profesor Alan Dangour, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, señaló que “los consumidores seleccionan alimentos orgánicos por una variedad de razones, pero este último estudio identifica que no hay diferencias convincentes entre los alimentos orgánicos y los convencionales en cuanto a nutrientes o beneficios para la salud (…) ojalá esta evidencia sea útil para los consumidores”, otro experto más que apoya los hallazgos del meta-análisis.
Por su parte, Chenseng Lu, quien estudia salud ambiental en la Escuela de Harvard de Salud Pública, dijo que “en este momento creo que todo se basa en la evidencia anecdótica”.
La autora titular del estudio, Dena Bravata, dice que “hay otras razones para consumir productos orgánicos”, entre ellas el sabor y, por supuesto, disminuir el efecto negativo sobre el medio ambiente.
Controversia orgánica
La revista Annals of Internal Medicine adoptó una postura crítica al cuestionar que no quedó claro cuáles fueron las normas para decidir lo “orgánico” de los alimentos en el estudio.
Pero los integrantes del equipo del estudio estadounidense no son los únicos que apoyan esta nueva teoría, Miguel Ángel Rubio, secretario de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, dice que el estudio “solo avala lo que ya se sabía (…) no hay ninguna diferencia entre una naranja ecológica y una tradicional, (las) frutas y verduras son básicamente hidratos de carbono. Puede cambiar la cantidad de agua, pero eso no altera su valor nutricional”.
De acuerdo a El País, lo que sí es seguro es que este tipo de alimentación (la orgánica) es más cara y que en España y Estados Unidos es un negocio en ascenso. En el lapso de tiempo entre 1997 y 2006, las ventas se multiplicaron por seis y alcanzaron hasta 24 mil 400 millones de dólares.
La visión ecológica contribuye en la controversia, un ejemplo es la afirmación de Daniel López, corresponsal de Ecologistas en Acción, quien dice “si busco, encuentro cientos de artículos en revistas de igual peso que dicen lo contrario (…) muchos estudios afirman que los productos ecológicos son más nutritivos. Los otros acumulan más agua, por lo que la concentración por unidad de peso y volumen de nutrientes es mayor”.
Y añade que “los autores dicen en sus conclusiones que los ecológicos son mejores. Que pueden reducir la exposición a pesticidas y a bacterias resistentes. Otra cosa es lo que los autores entiendan por ventajas nutricionales ‘significativas’”.
Finaliza diciendo que hay estudios que avalan que los alimentos ecológicos (u orgánicos) tienen mayor concentración de minerales y vitaminas, que se conservan mejor y se pudren distinto a los normales.
Puede que los resultados de esta investigación hayan cambiado tu perspectiva hacia los alimentos orgánicos.
Sin embargo, todavía faltan más estudios por realizar sobre los beneficios de consumir –o no– alimentos orgánicos para la salud, así como tomar en cuenta la postura de los ecologistas y defensores de lo orgánico.
Pequeño, pero beneficio al fin
Es importante tomar en cuenta que se ha detectado que más de un tercio de los productos no orgánicos tiene residuos de plaguicidas, lo que contrasta con el 7 por ciento que tenían las muestras de productos orgánicos. Y tanto la carne de cerdo, como de pollo, tienen 33 por ciento menor probabilidad de tener bacterias que resistan a tres o más antibióticos, que la carne (de cerdo y de pollo) no orgánica.
“La alternativa ideal”
Artículo en Piensa Indigo sobre la producción orgánica en México