Aunque tener sexo es algo bueno que forma parte de una vida sana y normal, existe una delgada línea entre lo que las relaciones sexuales pueden realizarse de una forma benéfica para salud y lo que puede convertirse en una adicción.
Así lo explicó la académica Gabriela Orozco Calderón, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien a través de su investigación explicó el problema de la hipersexualidad, o la llamada adicción al sexo, y sus consecuencias.
Entre los síntomas están:
-Ansia o necesidad de concretar la actividad placentera
-Deseo desenfrenado de tener sexo
-Negar el problema y estar a la defensiva
-Pérdida del control de actividades sociales
-Actividades que giran en torno al sexo
-Lesiones, heridas o dolor en los genitales
De acuerdo con la investigadora, una persona que tiene adicción al sexo muestra una conducta sexual compulsiva, es decir, tiene recurrentemente comportamientos sexuales y no es capaz de controlarlos debido a la ansiedad que le provoca.
Por esta razón, la persona que es adicta al sexo pierde su libertad y se ve afectada su cotidianidad, por lo que muestra señales de dependencia al sexo y pierde la capacidad de tener control sobre su mente.
Gabriela Orozco, quien también es especialista en neurociencias de la conducta, agregó que en la hipersexualidad surge un deseo desenfrenado de tener sexo, ya sea físico o cibernético, y aunque lo pueda conseguir le resulta poco satisfactorio.
Finalmente, la académica concluyó que la adicción al sexo provoca una dependencia física cuando el cerebro ya se vio afectado con la hipersexualidad.