El estrés daña permanentemente al esperma, lo que puede perjudicar el desarrollo del cerebro de los hijos
Se sabe que el estrés que sufre la madre durante el embarazo afecta el desarrollo, incluso a nivel neurológico, del bebé. Sin embargo, el estrés que sufre el padre también puede tener consecuencias que afectan a su descendencia.
Y es que una investigación realizada por la Universidad de Pennsylvania indica que el estrés modifica, permanentemente, los espermatozoides.
Los hallazgos, publicados en el Journal of Neuroscience, señalan que hay un vínculo epigenético entre lo que vive el padre y trastornos relacionados al estrés –tales como ansiedad y depresión– en los hijos.
Es decir, que si durante su pubertad, adolescencia y adultez, un hombre fue víctima del estrés, su esperma quedará marcado y sus consecuencias las sufrirán sus hijos.
Aunque el análisis fue llevado a cabo con ratones, sus resultados pueden ser aplicados a los humanos, según Tracy L. Bale, autora del estudio.
Bale dijo en un comunicado que “no importó que los progenitores (ratones) estuvieran en la pubertad o en la edad adulta cuando sufrieron estrés, antes de aparearse (…) por primera vez, hemos demostrado que el estrés puede producir cambios a largo plazo en los espermatozoides, y que esto afectó a la reprogramación del Eje HHA de la descendencia”.
El Eje HHA (Eje hipotalámico-hipofisario-adrenal) es el conjunto de influencias directas y de las interacciones en el hipotálamo, la glándula pituitaria y la glándula suprarrenal. Es decir, las áreas del cerebro que controlan el estrés.
El estrés en los ratones macho del estudio provocó que el esperma cambiara genéticamente, reprogramando una parte del cerebro de sus hijos.
Así que más vale que si eres hombre y quieres tener familia, comiences a relajarte y evitar que el estrés afecte tu vida y en algunos años, la de tu descendencia.
Con mayor razón si se toma en cuenta que la fertilidad en el hombre empieza a reducirse a partir de los 30 años de edad.
