Culpables del calentamiento
El calor residual producido de la cadena interminable de actividades cotidianas en las áreas urbanas (emisiones de tráfico, industrias, edificios, etcétera) es suficiente para alterar la circulación atmosférica global, al grado tal de influir en las condiciones meteorológicas en regiones ubicadas a miles de kilómetros de distancia.
Eugenia RodríguezEl calor residual producido de la cadena interminable de actividades cotidianas en las áreas urbanas (emisiones de tráfico, industrias, edificios, etcétera) es suficiente para alterar la circulación atmosférica global, al grado tal de influir en las condiciones meteorológicas en regiones ubicadas a miles de kilómetros de distancia.
Así lo demostró un estudio realizado por científicos de la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, en San Diego, la Universidad Estatal de Florida y el Centro Nacional de Investigación Atmosférica, todos estos estadounidenses, luego de valerse de modelos de cambio climático globales para explicar cómo la energía extra que se desaprovecha en las grandes ciudades influye en las temperaturas a lo largo y ancho del globo.
Esto ha provocado semejantes anomalías climáticas como el calentamiento del invierno sobre el norte de Asia y Norteamérica.
Y es que por más “mínima” que sea la quema de carbón, petróleo o gas en una área urbana, al combinarse con el total de calor producido por esta misma quema de combustibles fósiles en otras regiones del globo, resulta en un consumo y producción de energía dispar capaz de cambiar los patrones atmosféricos a escala regional y calentar la atmósfera en lugares remotos de forma significativa.
Para fines del análisis, los investigadores tomaron como muestra 86 áreas
metropolitanas del hemisferio norte, que representa solo el 1.3 por ciento de la superficie de la Tierra, pero donde se produce casi la mitad del total de consumo energético mundial: cerca del 42 por ciento.
Los resultados del modelo dieron cuenta de que los efectos de este calor residual en el calentamiento del invierno de hasta un grado centígrado en Rusia, el norte de Asia y la zona central de Canadá, por ejemplo, “son altamente similares a los que se han observado en la realidad durante la segunda mitad del siglo 20 (…)”.
Otras zonas de Europa Occidental también se han visto afectadas por este fenómeno, con heladas de hasta un grado centígrado durante el invierno, mientras que en China se reporta un calentamiento de medio grado en invierno.