Diversos alimentos son elaborados con bacterias… pero pocos con las bacterias del excremento de los bebés. Tal como es el caso del mal apodado “pooperoni” (poop o excremento, en inglés).
Este pepperoni es rico en probióticos, que son microorganismos vivos digestivos que suelen asociarse a los productos lácteos, cuyos beneficios también podrían obtenerse de las carnes frías, particularmente de las salchichas. Pero solo si las bacterias provienen del excremento de los bebés.
Los dos tipos de bacterias más comunes en los probióticos, Lactobacillus y Bifidobacterium, son más abundantes en el excremento de los pequeños que en el de los adultos.
Un estudio del Instituto de Investigación Alimentaria y Agrícola de la Generalitat de Cataluña (IRTA) encontró que una cepa bacteriana proveniente de las heces de los infantes fue la más efectiva, al crecer “hasta niveles de 100 millones de células por gramo de salchicha, lo suficiente como para producir efectos que promueven la salud en las personas”, dijo Anna Jofré, microbióloga de alimentos y coautora de la investigación.
“Las salchichas fermentadas con probióticos darán la oportunidad a los consumidores que no toman productos lácteos de incluir alimentos probióticos a su dieta”, enfatizó.
Los científicos recolectaron 43 muestras fecales de los pañales de bebés sanos de hasta seis meses de edad. “Las heces de los infantes son muestras naturales, fáciles de obtener”, apuntó Jofré. Luego, fermentaron seis pilas de salchichas con tres cepas bacterianas del excremento de bebé –las salchichas no contenían residuos fecales, solo bacterias– y tres cepas de bacterias de probióticos comerciales.
Los catadores profesionales que probaron las salchichas reportaron que el sabor no cambió, comparado con el de las originales. “Las comimos y sabían muy bien”, dijo Jofré a LiveScience.