Durante la semana, experimentamos días ajetreados, esos que nos hacen sentir que no paramos, y días en los que estamos más relajados.
Considerando la salud en función del estilo de vida que llevamos durante una semana promedio, tendemos a beber más alcohol en los días en que estamos físicamente activos.
Esta fue la conclusión de un estudio encabezado por David E. Conroy, profesor de medicina preventiva y subdirector del Centro para el Comportamiento y la Salud de la Escuela de Medicina Feinburg de la Universidad Northwestern.
De lunes a miércoles las personas se preparan y reducen su consumo de alcohol”, dijo Conroy en un comunicado. “Pero una vez que el ‘fin de semana social’ arranca los jueves, la actividad física aumenta y con ello el consumo de alcohol”.
En el estudio, cuyos resultados fueron publicados en Health Psychology, los investigadores analizaron la actividad física y el consumo de alcohol de 150 personas de entre 18 y 89 años.
Los participantes registraron los datos en sus smartphones durante tres semanas. El proceso fue repetido tres veces, a lo largo de un año.
Conroy aclaró que “(…) no son las personas que se ejercitan más las que beben más (alcohol)”, como otros estudios sobre la actividad física y el consumo de alcohol han concluido, sino que “en los días donde las personas están más activas tienden a tomar más que en días en los que están menos activas”.
El académico especula que, al ejercitarse, quizá las personas se recompensan con más alcohol o el hecho de estar físicamente activos los lleva a encontrarse con más situaciones sociales donde se consume alcohol. “No sabemos”.
“Una vez que entendamos la relación entre las dos variables podemos diseñar nuevas intervenciones que promueven la actividad física a la vez que disminuyan el consumo de alcohol”.