El mexicano Guillermo del Toro, la mente maestra detrás de La Forma del agua, es hoy uno de los mejores cineastas del mundo; su victoria en la edición 90 de los Oscar así lo demuestra.
Sin embargo, a inicios de los década de los 90, Del Toro era un cineasta primerizo que realizaba comerciales para vivir; uno de los más recordado es el que hizo para la marca Alka Seltzer.
Este anuncio es ampliamente recordado no sólo por la dirección del Toro, sino también por su actuación como un oficinista víctima de malestar estomacal.
Del Toro no dejó pasar la oportunidad de este comercial para mostrar una vez más su pasión por los monstruos y la fantasía, aunque con un toque bastante humorístico.
El dolor estomacal provoca que el oficinista Del Toro se transforme en un hombre lobo, uno de los personajes clásicos del cine de terror.
Dos años después de aquel comercial, el tapatío triunfo los premios Ariel con la cinta Cronos, luego de ese momento, el cineasta continuó ganando reconocimientos.
En la década de los 80, Del Toro ya había dirigido los cortometrajes Doña Lupe y Geometría, también se había desempeñado como productor ejecutivo en Doña Herlinda y su hijo.
Esta transformación de Del Toro en hombre lobo muestra el trabajo que ha realizado el cineasta desde abajo hasta convertirse en el cineasta del momento.