Dormir, hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada, además de consumo moderado de bebidas alcohólicas, eran las recomendaciones principales para disminuir el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares.
Esta combinación reducía hasta 57 por ciento el riesgo de padecer problemas del corazón. Sin embargo, una investigación publicada recientemente en la revista científica European Journal of Preventive Cardiology –realizada con 15 mil personas– reportó que ese riesgo puede reducirse hasta 67 por ciento si se consideran entre siete, o más, horas de sueño diarias.
Para Monique Verschuren, del Instituto
Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos, este estudio es una muestra más de que “el sueño debe añadirse a la lista de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares”.
Aunque es un mito que se necesitan dormir ocho horas o más, un buen hábito de sueño (mínimo siete horas) conlleva a incluso disminuir 87 por ciento el riesgo a sufrir de muerte por un ataque al corazón.
“Las personas que tienen problemas para dormir no deben alarmarse”, apuntó Doireann Maddock de la British Heart Foundation, “este estudio no significa que las noches sin sueño causan enfermedades del corazón”.
Maddock dijo a la BBC que se requiere investigar más la relación entre el corazón y el hábito de sueño.
Y señaló que si una persona tiene dificultad para dormir, de preferencia debe “evitar la cafeína y las comidas pesadas al final del día”. En casos graves, se recomienda acudir con un médico.