Este mes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dio un paso firme hacia adelante en lo que apuesta a convertirse en un hito histórico en sus estrategias para las misiones de paz en el mundo.
Una parte de la República Democrática de Congo es el “conejillo de indias” para la renovada Misión de Paz de Naciones Unidas en Congo –MONUSCO, en francés–, específicamente en Goma, en la capital de Kivu Norte, donde aproximadamente 19 mil soldados que conforman las fuerzas de paz de la ONU se apoyarán de dos nuevos aviones no tripulados de vigilancia, mejor conocidos como drones.
Martin Nesirky, portavoz de la ONU, aseguró que los drones fabricados por la empresa italiana Selex ES son un “instrumento importante para ayudar a la misión a cumplir su mandato de proteger a los civiles”.
Por su parte, Hervé Ladsous, Secretario General de la ONU para Operaciones de Paz, dijo que los drones permitirán a los cascos azules contar con “información fidedigna sobre el movimiento de las poblaciones en las zonas donde hay grupos armados. Vamos a examinar las áreas donde hay grupos armados y podamos controlar la frontera.”
Aunque únicamente se han lanzado dos aeronaves no tripuladas, se espera que se desplieguen tres más para el primer cuatrimestre del próximo año.
La llegada de estos drones de vigilancia en el Congo satisface la urgente necesidad de reforzar los mandatos de los hacedores de paz de la ONU, quienes a la fecha se valían de helicópteros y de patrullaje a pie para realizar sus actividades de vigilancia.
Y es que existen más de dos docenas de grupos rebeldes armados operando en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur. Aunado a la falta de infraestructura –menos de 2 mil kilómetros de calles pavimentadas, por ejemplo– y una pobre autoridad gubernamental, hacen aún más complicada la labor de las tropas de la ONU para proteger a la población.
Pero en un mes, los drones pueden hacer lo que tardarían en realizar entre 15 y 19 helicópteros, señala un informe de la Better World Campaign (BWC) publicado en mayo de este año.
Además, en un mismo plazo de tiempo, estos drones pueden completar el mismo servicio de vigilancia en un total de 200 a 250 horas de vuelo, en comparación con las 600 o 700 horas de vuelo de un helicóptero tradicional.
Como informa la BWC, “los aviones no tripulados están destinados a aumentar sustancialmente la prevención y la respuesta mediante el incremento de la visibilidad y la disminución de tiempo de reacción”.